domingo, 10 de enero de 2010

Orlando Barone: De un periodista, al periodista Víctor Hugo Morales



Esta primera carta abierta del año 2010 no debería estar escrita ni hablada sino que debería estar sobreentendida e implícita como deben estarlo la gratitud y el reconocimiento. Porque hay gestos que son regalos de imposible equivalencia. Pero si Víctor Hugo Morales hizo pública por radio Continental la honestidad y cualidad del periodista Orlando Barone, y aunque esta- mi retribución- no sea compensatoria dadas las diferencias que hay entre tribuna y peldaño, y entre las metáforas de un “barrilete cósmico” y la de un barrilete de juguetería, quiero también públicamente y por radio del Plata, darle las gracias a Víctor Hugo Morales. Porque al enterarse de que la revista Noticias me eligiera como el “peor periodista del año”, reaccionó ante el micrófono como tocado por una bajeza y una injusticia. Y arriesgándose al encono de gran parte de la corporación mediática, no dudó en defender a un periodista “inconveniente” o “jugado”-según sus palabras- y asumió mi defensa profesional y ética dejando en claro que hay sectores dañados y corruptos de la política y del periodismo que contra aquel que no se asume como manada actúan canallescamente. Dante Alighieri aloja a los ingratos en un profundo infierno. Y yo no quisiera ser horneado en él. Por eso este agradecimiento público. A vos Víctor Hugo. Para que la vida ya no me permita torcerlo o reducirlo por ningún motivo posterior y anecdótico. La gratitud debe ser tan larga como para resistir contingencias que pudieran amenazarla. Que un periodista de tamaño superior como Víctor Hugo haya acudido en mi defensa, defendiendo a su vez la dignidad de un oficio de libertad condicionada a hegemonías económicas, me hizo empezar bien el año. A través de él le agradezco a quienes privadamente se adhirieron. Valoro también a tantos que calladamente rechazaron ser jueces en una competencia inducida por el comisario y su caballo. Pero hay que asumir lo que el prístino editor Jorge Fontevecchia ha sentenciado avalado por la voluntaria participación de un jurado prístino. Fui consagrado “ el peor de todos”. Así como Joaquín Morales Solá fue elegido “el mejor”. ¿Cómo no va a merecérselo con los méritos que hizo? No hay mejor periodista que el que no daña a los dañadores sino que los protege y los lame. No me inquieta que en ese jurado que me desciende hayan estado Cleto Cobos, de Narváez y Elisa Carrió, y Marcos Aguinis y el rabino Bergman entre otros demócratas. Sus votos eran previsibles. Pero me inquietan otros miembros del jurado. Me pregunto sin guardar ilusiones: ¿ Victoria Donda, Jorge Lanata, Braga Menéndez, Artemio López, Ricardo Rouvier , también ellos me eligieron el peor? Y además Julio Bárbaro. “¿ Tú también, Julio?” diría el César en la obra de Shakespeare. Sí, también él. Al principio sentí algún temor de que la votación fuera certera y yo fuera realmente el peor periodista. Calculé que en ejercicio hay más de veinte mil y que salir último en la lista superando incluso al dueño de la revista Noticias es un récord. Porque si Nelson Castro, si Leuco, si María O`Donnell, si Magdalena, si el deshumorado Nick desde el jurado decidieron mi condena tendrán pruebas de mi inferioridad. A estos nadie les dictó el fallo ya que se lo sabían de memoria. Pero por suerte está allí Victor Hugo con su fraternidad, que es su naturaleza, para comprender que el peor mejora según quienes lo juzgan. A Noticias y a su director no vale agradecerles con un pedorreo merecido, sino con una lección de periodismo-periodismo. Para esto escuchen la grabación de Víctor Hugo Morales. Y que la sigan sorbiendo.

Orlando Barone
Carta abierta leída por Orlando Barone el 4 de Enero de 2010 en Radio del Plata.
http://orlandobarone.blogspot.com/

1 comentario:

Silvia Loustau dijo...

Gracias por esta publicación, lo habia escuchado a Barone yu es para guardarla, para que no olvidemos los nombres de quienes dirigen la orquesta para desestabilizar, de cualquier modo, pero desestabilizar el gobierno que eligió el Pueblo. Y al que sigo eligiendo.
Un abrazo, Anibal


Silvia Loustau