jueves, 20 de agosto de 2009

Miriam Cairo: Verguenza de los himnos largos




LUEGO TODAVIA
Aún recuerdo el día en que aprendí a acortar la distancia entre la noche y tus ojos. Recuerdo cómo me perdía en tus pupilas para olvidar otros abismos. Cómo me libré de cierta oscuridad para abrirme como una perfecta magnolia iluminada. Recuerdo que decías "quedémonos un poco más" pero no nos quedábamos y el tiempo gritaba como loco. Recuerdo los domingos que estallaban y los cielos color naranja. Nunca voy a olvidar los mordiscos de lobo ni el pasadizo secreto para llegar a tu ausencia y a tu nombre. Tampoco puedo negarlo: sigo extraviada.

Y OTRAS VECES
Hay gente que no tiene hijos, pero tiene musas. Gente que no tiene marido, pero tiene musas. Que no tiene techo pero tiene musas. Ni empleo, pero tiene musas. Ni gobierno, pero tiene musas. Otros que tienen hijos, pero no tienen musas. Otros que tienen cónyuge, pero ni una musa. O viven bajo techo, pero sin musa. O tienen un gran empleo pero ni una mísera musa. O un gobierno de turno, pero ni una pálida musa. Hay gente que no tiene nada, ni musas.

MAS PURO MENOS
Es un hecho muy llamativo que ante las formas instaladas en el mundo no se pueda no vivir, y por lo tanto no haya más opciones que morir viviendo. Se le concede al dolor un respeto y una jerarquía mayor que a la felicidad. Esto explica que el mundo no cese de fabricar desdichas y que los amantes tengan hábitos fantasmas.

LAZOS
Hay días en que ella es la moribunda que reacciona mentalmente cuando advierte que aquel a quien ya no ama está construyendo su ataúd junto a la ventana. Cimbra y clava con esmero y fastidio el no amado. Qué bien lo hace. Lento, tan lento que ambos se van a volver viejos soñando con el entierro. Y por propio placer, ella sufre un poquito más cada día, para colaborar en el abnegado proyecto de la desdicha eterna.

DONDE
Toda belleza es igual a sí misma. Caracol sobre hojas labiadas. Rastro de luna. Mariposa negra. Mariposa blanca. Dios tiene dos llaves: la de la noche primera y la de la noche siempre. A toda hora hay gentío. Y hay taxi. Tan alegre la ciudad, algunas veces, como si este fuera un mundo de sonrisas. Amor amor no tengas miedo de invadirme. Saludo apurado. Choque de dientes. Hilito de sangre. No dolor sino tesoro. Mentira protectora. Excusa pueril. Secreto de montaña. Arde. Persiste. Se prolonga. Baba roja de caracol rojo. Toda belleza es igual a sí misma. Me mordí solo.

O PAJAROS
Ella agradece el techo, acaricia al hijo, alimenta al esposo, ficha a horario, emite votos. Todo por propia voluntad, sin temor a los talismanes chinos ni a los abogados civiles, pero necesita algo más. Para guardar mesura y mantenerse en los viejos senderos, precisa una gratificación, un plus, una añadidura: está claro que si no tuviera musas tendría pájaros o amantes.

HOMBRE ES VIENTO
Sigiloso como un velo se acercó, apenas sostenido por el aire. Perfume de fantasma. ¿Este hombre es viento? Ha llegado agitando el trapo del conjuro, desclavando los puñales del alba. Llegó como todo hombre, con su historia y su montoncito de huesos, sólo que por dentro estaba irisado.

HAY CAMINO
Ella cree que ningún sueño que se niega a ser oprimido es oprimido, como ninguna mujer que se niega a ser estatua es estatua.

Miriam Cairo
cairo367@hotmail.com

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