domingo, 21 de septiembre de 2008

Silvia Suárez: La verdad


Desde el silencio atento encontraremos la verdad.
Donde encontremos la verdad también hallaremos la sabiduría.
La sabiduría es la luz del entendimiento, es el discernimiento entre las realidades y sus apariencias.
La verdad no es la misma para todos., así como el tiempo no es el mismo para todos. Cuando para uno, una hora es eterna, para otro u otra una hora pasa volando. Así como la vida, para algunos es un castigo, para otros es una bendición.
La verdad más aproximada que tienes, eres tú. Y puesto que tú eres la realidad más inmediata ante ti, obsérvate y vuelve a observarte, reconócete y vuelve a reconocerte; descúbrete una y otra vez hasta amarte. Luego encontrarás la verdad y el amor en el otro y en la otra.
Lo que no puedas ver en ti, podrás reconocerlo en el otro y/o en la otra, pues otra persona es otra alternativa de ti mismo.
Si te agrada lo que ves, puedes usarlo como modelo e imitarlo. Si no te agrada lo que ves, puedes usarlo como modelo perfecto de lo que no deseas ser. Pero, aunque te disguste el otro o la otra, no dejan de ser verdad. Aunque no sea tú verdad, es verdad. Ejemplo: Aquella persona es cruel. Es una característica que no deseas tener. Otro ejemplo: Cuando entras a una tienda, te diriges hacia la indumentaria que te caracteriza. Pero dentro de la misma tienda también están los otros modelos de ropa, aquellos que criticas, esos que nunca te pondrías porque los consideras osados, atrevidos, alocados, chillones, incómodos, agresivos, provocadores, etc. Pero tú sales con la vestimenta que está a tu alcance, la que te gusta, con la que te sientes cómodo o con la que te miras al espejo y te sientes identificada o identificado…
Sean buenos observadores; los grandes sabios del mundo han sido personas simples, la sencillez los caracterizó; no tenían grandes cosas sino la conciencia de tenerse a sí mismos. También la verdad es simple y se muestra simplemente.

Para encontrar la verdad no necesitamos grandes elementos de precisión ni de alta complejidad, ni de largo alcance como los radares y telescopios electrónicos, sino tan solo nuestros ojos, las manos, los oídos o el corazón. No te equivoques, la verdad no siempre tiene que ser bella, también debes aprender a ver las desagradables verdades y adaptarte a ellas, observándolas sin que te dañen.

Silvia SUÁREZ
De su libro MIS PROPIAS TEORÍAS
Enviado por Rubén Vedovaldi

1 comentario:

Gabriela dijo...

Si son como estas las teorias del libro, deben ser muy buenas...Felicitaciones.

Gabriela Abeal