martes, 30 de septiembre de 2008

Un mensaje de Michael Moore


Lunes, 29 de septiembre de 2008

Los ricos están montando un golpe esta mañana ...

Un mensaje de Michael Moore

Amigos,
Let me cut to the chase. Permítanme parar el espectáculo. The biggest robbery in the history of this country is taking place as you read this. Se estará llevando a cabo el mayor robo de la historia de este país cuando usted lea esto. Though no guns are being used, 300 million hostages are being taken. Aunque no se utilicen armas, se están tomando 300 millones de rehenes. Make no mistake about it: After stealing a half trillion dollars to line the pockets of their war-profiteering backers for the past five years, after lining the pockets of their fellow oilmen to the tune of over a hundred billion dollars in just the last two years, Bush and his cronies -- who must soon vacate the White House -- are looting the US Treasury of every dollar they can grab. No nos equivoquemos: después de un robo de medio billón de dólares para llenar los bolsillos de sus partidarios aprovechadores de la guerra durante los últimos cinco años, después de llenar los bolsillos de sus compañeros petroleros con la música de más de un cien mil millones de dólares en sólo los dos últimos años, Bush y sus camaradas - que deben abandonar pronto la Casa Blanca – están saqueando del Tesoro de los EE.UU. cada dólar que pueden agarrar. They are swiping as much of the silverware as they can on their way out the door. Están limpiando toda la platería que pueden a su paso camino a la puerta de salida.



No matter what they say, no matter how many scare words they use, they are up to their old tricks of creating fear and confusion in order to make and keep themselves and the upper one percent filthy rich. No importa lo que dicen, no importa cuantas palabras atemorizantes usen, son sus viejos trucos para crear el miedo y la confusión, para hacer y mantenerse ellos y al uno por ciento superiorinmensamente ricos. Just read the first four paragraphs of the lead story in last Monday's New York Times and you can see what the real deal is: Simplemente al leer los cuatro primeros párrafos del principal titular del lunes pasado del New York Times se puede ver cuál es el verdadero arreglo :



"Even as policy makers worked on details of a $700 billion bailout of the financial industry, Wall Street began looking for ways to profit from it. "Aún mientras trabajan los hacedores de políticas en los detalles sobre los U$S 700 mil millones del rescate de la industria financiera, Wall Street empezó a buscar la manera de sacar provecho de ella.



"Financial firms were lobbying to have all manner of troubled investments covered, not just those related to mortgages. " Las firmas financieras presionan para obtener coberturas para todo tipo de inversiones con problemas, y no únicamente los relacionados con hipotecas.



"At the same time, investment firms were jockeying to oversee all the assets that Treasury plans to take off the books of financial institutions, a role that could earn them hundreds of millions of dollars a year in fees. "Al mismo tiempo, las empresas de inversión maniobran para supervisar todos los bienes que la Tesorería planea prendar de los libros de las instituciones financieras, un papel en el que ellos podrían ganar cientos de millones de dólares al año en tasas.



"Nobody wants to be left out of Treasury's proposal to buy up bad assets of financial institutions." "Nadie quiere quedarse fuera de la propuesta de la Tesorería de comprar activos fallidos de las instituciones financieras".



Unbelievable. Increíble. Wall Street and its backers created this mess and now they are going to clean up like bandits. Wall Street y sus partidarios han creado este lío y ahora van a arrasar como bandidos. Even Rudy Giuliani is lobbying for his firm to be hired (and paid) to "consult" in the bailout. Incluso Rudy Giuliani está cabildeando por su empresa para ser contratado (y pagado) como"consultor" en el rescate.



The problem is, nobody truly knows what this "collapse" is all about. El problema es que nadie sabe realmente de que se trata este "colapso". Even Treasury Secretary Paulson admitted he doesn't know the exact amount that is needed (he just picked the $700 billion number out of his head!). Incluso el Secretario del Tesoro Paulson admitió que no sabe la cantidad exacta que se necesita (que acaba de sacar el número de U$S 700 mil millones de su cabeza!). The head of the congressional budget office said he can't figure it out nor can he explain it to anyone. El jefe de la Oficina de Presupuesto del Congreso dice que no puede calcularlo ni puede explicarselo a nadie.



And yet, they are screeching about how the end is near! Y, sin embargo, andan chirriaando sobre como el fin está cerca! Panic! Recession! Pánico! Recesión! The Great Depression! La Gran Depresión! Y2K! Bird flu! Y2K! (el caos informático del 2000!) La gripe aviar! Killer bees! Abejas asesinas! We must pass the bailout bill today!! Tenemos que aprobar la ley de rescate de hoy! The sky is falling! El cielo se desploma! The sky is falling! El cielo se está cayendo!



Falling for whom? La caída para quienes? NOTHING in this "bailout" package will lower the price of the gas you have to put in your car to get to work. Nada en este paquete de "rescate" hará bajar el precio de la nafta que tiene que ponerle al coche para ir a trabajar. NOTHING in this bill will protect you from losing your home. Nada en este proyecto de ley le protegerá de la pérdida de su hogar. NOTHING in this bill will give you health insurance. Nada en el proyecto de ley le dará seguro de salud.



Health insurance? Seguro de salud? Mike, why are you bringing this up? Mike, ¿por qué traes esto a colación? What's this got to do with the Wall Street collapse? ¿Qué tiene que ver esto con la caída de Wall Street?



It has everything to do with it. Tiene todo que ver con ella. This so-called "collapse" was triggered by the massive defaulting and foreclosures going on with people's home mortgages. Este llamado "colapso" fue provocado por el masivo incumplimiento de hipotecas y las ejecuciones de las hipotecas de las casa de la gente. Do you know why so many Americans are losing their homes? ¿Sabes por qué tantos estadounidenses están perdiendo sus hogares? To hear the Republicans describe it, it's because too many working class idiots were given mortgages that they really couldn't afford. Al escuchar a los republicanos describirlo, es porque a muchos idiotas de la clase trabajadora se les dieron hipotecas que realmente no podían permitirse. Here's the truth: The number one cause of people declaring bankruptcy is because of medical bills . Aquí está la verdad: La causa número uno declaración de quiebra de las personas es a causa de las facturas médicas. Let me state this simply: If we had had universal health coverage, this mortgage "crisis" may never have happened. Permítanme decir esto simplemente: si hubiéramos tenido un seguro universal de salud, esta "crisis" de las hipotecas puediera no haber ocurrido nunca.



This bailout's mission is to protect the obscene amount of wealth that has been accumulated in the last eight years. Esta misión de rescate es para proteger la obscena cantidad de riqueza acumulada en los últimos ocho años. It's to protect the top shareholders who own and control corporate America. Es para proteger a la porción superior de los accionistas que poseen y controlan la Norteamérica corporativa. It's to make sure their yachts and mansions and "way of life" go uninterrupted while the rest of America suffers and struggles to pay the bills. Es para asegurar que sus yates y mansiones y "forma de vida" sigan ininterrumpidas, mientras que el resto de Norteamérica sufre y lucha por pagar las cuentas. Let the rich suffer for once. Dejen que los ricos sufran una vez . Let them pay for the bailout. Que paguen por el rescate. We are spending 400 million dollars a day on the war in Iraq. Estamos gastando 400 millones de dólares al día en la guerra de Irak. Let them end the war immediately and save us all another half-trillion dollars! Que pongan fin a la guerra inmediatamente y ahorremos todos nosotros otro medio billón de dólares!



I have to stop writing this and you have to stop reading it. Tengo que terminar de escribir esto y usted tiene que terminar de leerlo. They are staging a financial coup this morning in our country. Están montando un golpe financiero esta mañana en nuestro país. They are hoping Congress will act fast before they stop to think, before we have a chance to stop them ourselves. Esperan del Congreso actuar con rapidez antes de terminar de pensar, antes de que tengamos una oportunidad para ponerles fin nosotros mismos. So stop reading this and do something -- NOW! Entonces,deje de leer esto y haga algo - ¡AHORA! Here's what you can do immediately: He aquí lo que puede hacer de inmediato:



1. Call or e-mail Senator Obama . 1. Llame o emilie al senador Obama. Tell him he does not need to be sitting there trying to help prop up Bush and Cheney and the mess they've made. Digale que él no tiene necesidad de estar sentado ahí tratando de ayudar a apuntalar a Bush y Cheney y el lío que han hecho. Tell him we know he has the smarts to slow this thing down and figure out what's the best route to take. Digale que sabemos que tiene la inteligencia para frenar esa cosa y calcular cuál es la mejor ruta a tomar. Tell him the rich have to pay for whatever help is offered. Digale que los ricos tienen que pagar por cualquier ayuda que se les ofrece. Use the leverage we have now to insist on a moratorium on home foreclosures, to insist on a move to universal health coverage, and tell him that we the people need to be in charge of the economic decisions that affect our lives, not the barons of Wall Street. Utilice la palanca que ahora tenemos para insistir en una moratoria de la ejecución de las hipotecas de las casas, para insistir en un avance a la cobertura de salud universal, y decirle que el pueblo debe estar a cargo de las decisiones económicas que afectan nuestras vidas, no los barones de Wall Street.



2. Take to the streets. Participate in one of the hundreds of quickly-called demonstrations that are taking place all over the country (especially those near Wall Street and DC). Tome las calles. Participe en una de los cientos de manifestaciones convocadas rápidamente que están teniendo lugar en todo el país (especialmente en las cercanías de Wall Street y Distrito Capital,Washington).



3. Call your Representative in Congress and your Senators. Llame a su Diputado en el Congreso y a sus Senadores. ( click here to find their phone numbers ). (Cliquee aquí para encontrar sus números de teléfono). Tell them what you told Senator Obama. Dígales lo que le dijo al senador Obama.



When you screw up in life, there is hell to pay. Cuando ajustamos un tornillo en la vida, hay que pagar en el infierno. Each and every one of you reading this knows that basic lesson and has paid the consequences of your actions at some point. Todos y cada uno de ustedes que lee esto conoce esta lección básica y ya ha pagado las consecuencias de sus acciones en algún momento. In this great democracy, we cannot let there be one set of rules for the vast majority of hard-working citizens, and another set of rules for the elite, who, when they screw up, are handed one more gift on a silver platter. En esta gran democracia, no podemos permitir que haya un conjunto de reglas para la vasta mayoría de los ciudadanos que trabajan duro, y otro conjunto de reglas para la elite, que, cuando ajustan un tornillo, manipulan un regalo más en bandeja de plata. No more! ¡No más! Not again! No otra vez !



Yours, Atentamente,

Michael Moore Michael Moore

MMFlint@aol.com MMFlint@aol.com

MichaelMoore.com MichaelMoore.com



PS Having read further the details of this bailout bill, you need to know you are being lied to. PD: Habiendo leído más detalles de este proyecto de ley de rescate, necesitas saber que te están mintiendo. They talk about how they will prevent golden parachutes. Hablan de cómo evitar los paracaídas de oro. It says NOTHING about what these executives and fat cats will make in SALARY. No dice NADA sobre lo que estos ejecutivos y peces gordos harán con sus sueldos. According to Rep. Brad Sherman of California, these top managers will continue to receive million-dollar-a-month paychecks under this new bill. Según el Dip. Brad Sherman de California, estos altos directivos seguirán recibiendo pagos de cheques de millones de dólares por mes en virtud de este nuevo proyecto de ley. There is no direct ownership given to the American people for the money being handed over. No hay propiedad directa dada al pueblo norteamericano por el dinero entregado. Foreign banks and investors will be allowed to receive billion-dollar handouts. A los bancos extranjeros y a los inversionistas se les permitirá recibir miles de millones de dólares como A large chunk of this $700 billion is going to be given directly to Chinese and Middle Eastern banks Una gran porción de estos U$S 700 mil millones se va a dar directamente como subsidio a los bancos chinos y a los de Oriente Medio. There is NO guarantee of ever seeing that money again. No hay ninguna garantía de volver a ver ese dinero de nuevo.



PPS From talking to people I know in DC, they say the reason so many Dems are behind this is because Wall Street this weekend put a gun to their heads and said either turn over the $700 billion or the first thing we'll start blowing up are the pension funds and 401(k)s of your middle class constituents. POSDATA 2 hablando con la gente que conozco en la capital, dicen que la razón de que tantos Demócratas estén detrás de esto se debe a que Wall Street este fin de semana les puso una pistola en la cabeza y les dijo que los $ 700 mil millones o lo primero que vamos a empezar a volar son los fondos de pensiones y 401 (k) s de sus mandantes de clase media. The Dems are scared they may make good on their threat. Los Demócratas temen que bien puedan cumplir su amenaza. But this is not the time to back down or act like the typical Democrat we have witnessed for the last eight years. Pero este no es el tiempo para recular o actuar como el típico demócrata que hemos presenciado en los últimos ocho años. The Dems handed a stolen election over to Bush. Los Demócratas entregaron una elección robada a Bush. The Dems gave Bush the votes he needed to invade a sovereign country. Los Demócratas dieron a Bush los votos que necesitaba para invadir un país soberano. Once they took over Congress in 2007, they refused to pull the plug on the war. Cuando asumieron la mayoría del Congreso en 2007, se negaron desconectar el enchufe de la guerra. And now they have been cowered into being accomplices in the crime of the century. Y ahora se han acobardado para ser cómplices en el crimen del siglo. You have to call them now and say "NO!" Tienes que llamarlos ahora y decir "¡NO!" If we let them do this, just imagine how hard it will be to get anything good done when President Obama is in the White House. Si les dejamos hacer esto, imagínense lo difícil que será llegar a hacer nada bueno cuando el Presidente Obama esté en la Casa Blanca. THESE DEMOCRATS ARE ONLY AS STRONG AS THE BACKBONE WE GIVE THEM. CALL CONGRESS NOW . ESTOS DEMÓCRATAS SERÁN TAN FUERTE COMO LA COLUMNA VERTEBRAL QUE LES DEMOS. LLAMA AL CONGRESO AHORA.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Cristina Villanueva: Cosas de mujeres


Señor Papa: Respondiendo a la preocupación de la iglesia de gobernar sobre el cuerpo de las mujeres, le anticipo que es nuestro deseo el de ocuparnos nosotras de él así como de nuestra vida entera:amorosa, intelectual, espiritual, etc.
Siendo un tema tan conmovedor para la iglesia el tema de los niños no nacidos, quisiera hacerles saber, que tanto en Africa como en America , hay niños que por nacer en extrema pobreza no llegan al primer año de vida.
Sería muy bueno que la iglesia ayudara a que esos niños pudieran seguir vivos.
Con mi consideracion distiguida,
María Villanueva


Andar en la cabeza de la selva es un derroche de placer. Abajo un murmullo hirviente de hongos e insectos crece en la humedad.
En el medio los monos organizados en el deseo de las frutas.
En la cúpula el dibujo filigrana de los verdes que nacen espesos y en la altura son una fiesta abstracta entretejida de vacíos donde el sol se mete como una mano que hace saltar quejidos de belleza.

Cristina Villanueva
libera@arnet.com.ar

El erotismo en Cortázar


Por Luis Eduardo Saavedra Salazar (especial para ARGENPRESS.info)


Cortázar plantea sus reflexiones sobre el erotismo en Ultimo round, concretamente en su ensayo “que sepa abrir la puerta para ir a jugar”. Reflexiones que no sólo tienen que ver con el erotismo en sí, sino con su papel en nuestro idioma. Cortázar habla de un “subdesarrollo de la expresión lingüística en lo que toca a la libido”, una carencia de lenguaje erótico en la narrativa latinoamericana que la lleva, en este terreno, al circunloquio, a la imagen poética, al eufemismo o, en su defecto, al tremendismo, a la literatura negra. Y, ¿en dónde se origina esa precariedad expresiva? En la gazmoñería heredada que no nos permite escribir lo que con tanto desenfado expresamos a nivel oral. “(...) nuestro subdesarrollo -dice Cortázar- nos impone la peor de las vedas, la parálisis de la escritura, ya que en materia oral no nos sentimos tan responsables como lo sabe cualquiera que frecuente tertulias de españoles y argentinos después de la tercera copa”. El mismo Cortázar sostiene que “en toda mi obra no he sido capaz de escribir ni una sola vez la palabra ‘concha’, que por lo menos en dos ocasiones me hizo más falta que los cigarrillos. Miedo de ser verdaderamente lo que somos, pueblos tan eróticos como cualquiera, necesitados de una cabal integración en un dominio que este siglo ha liberado y situado prodigiosamente”


Y necesitó cuatro años más, hasta la publicación en 1973 de Libro de Manuel, para escribir la palabreja y tantas otras de la rica cantera latinoamericana. Veamos una muestra: “(...) después de todo pija es una linda palabra, más personal que pene, por ejemplo, puro tratado de anatomía, o miembro viril que siempre me hizo pensar en la historia romana probablemente por lo de toga/ sí, pija suena bonito en argentino, me gusta más que la polla española/ Eso de los gustos, vos sabés, yo creo que la picha gallega y la pinga cubana están muy bien, o el pico chileno, que dicho sea de paso es un caso de masculinización porque todas las variantes argentinas o latinoamericanas son siempre femeninas, llamale pinchila o poronga o como quieras (...) pero si llega el caso vos a esto lo llamás pelotas o huevos y se acabó, no es ni peor ni mejor que testículos, de la misma manera que concha es una palabra hermosísima, la esencia misma del cuadro de Botticelli, si te fijás, y de todas las asociaciones sensuales y estéticas que quieras”. No es sino sustituir estas expresiones por sus colombianismos equivalentes y se quintuplica la intención de Cortázar de enriquecer el verbo erótico.

Enriquecerlo e instalarlo en un marco de cierta delicadeza que parta del “ejercicio natural de una libertad y una soltura que responda culturalmente a la eliminación de todo tabú en el plano de la escritura. Sólo así -dice Cortázar- se puede llegar a escribir algo como: ‘Marcelle, en effet, ne pouvait jouir sans s’inonder, non de sang, mais d’un jet d’urine claire, et même, á mes yeux, luminuex.’ (George Bataille), o: ‘(...) he stopped hearing the sound soup of her mouth and felt the brief pain of her teeth nipping the draw foreskin and the throb of his groin pumping fluid into her throat.’ (J.P. Donleavy, ‘The Ginger man’)”. Ejemplos que propone Cortázar en otros idiomas cuyo contexto histórico y cultural les permite esa frescura que Cortázar reclama para el español. En la narrativa, claro está. La poesía la considera un terreno privilegiado con exponentes tan esclarecidos como Paz, Neruda, Salinas, Molinari, Vitier, etc. Pero en la narrativa sólo señala a Lezama Lima, Fuentes, Vargas Llosa y a algunos escritores jóvenes que “tratan hoy de desflorar el idioma, pero en la mayoría de los casos no hacen más que violarlo previa estrangulación, lo que como acto erótico es bastante grueso. El tremendismo -prosigue Cortázar- no da nada en ese terreno como no sea algún espasmo más sádico que otra cosa, y la mayoría de las tentativas cubanas, colombianas o rioplatenses sólo han eruptado productos de un estilo que me permitiré llamar peludo”. Dicho esto en 1.969. Aunque increíblemente, a la fecha es muy poco lo que se puede agregar, salvo uno que otro escritor en nuestro medio: García Márquez o Andrés Caicedo, este último tan ligado a un aspecto muy caro en el erotismo cortazariano, el vampirismo-canibalismo, forma extrema de posesión, ceremonia que permite degustar el sabor de la sangre y la carne del ser amado, sentir que circula en las venas, que no pertenece a nadie más. En Ultimo round, Cortázar se pregunta: “¿Será necesario eso que llamamos lenguaje erótico cuando la literatura es capaz de transmitir cualquier experiencia, aun la más indescriptible, sin caer en manos de municipalidad atenta buenas costumbres en ciudad letras? Respuesta: no sea hipócrita, se trata de dos cosas diferentes. Por ejemplo en este libro algunos textos como ‘Tu más profunda piel’ y ‘Naufragios en la isla’ buscan transponer poéticamente instancias eróticas particulares y quizás lo consigan; pero en un contexto voluntariamente narrativo, es decir no poético”. Habría que añadir otros con una fuerte carga erótica, y más claramente insertos en el contexto narrativo, como “Ciclismo en Grignan” o “Silvia”. Sin embargo, transcribamos un aparte de “Tu más profunda piel”:

“Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se negaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada (...) No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre tí para lentamente reclamar las llaves de tu pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel (...) Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo”.

Texto que a despecho del autor está impregnado de pura poesía. Hasta el punto de pensarse que es un poema. Es en Libro de Manuel donde lo desarrolla plenamente en correspondencia con sus concepciones sobre el erotismo en la narrativa. En Libro de Manuel cristaliza toda la teoría erótica elaborada por Cortázar en “que sepa abrir la puerta para ir a jugar”. Constituye, además, un segundo tomo de Rayuela. Andrés Fava, el personaje central es una especie de vástago de Oliveira que obsesivamente busca liberarse y realizarse, hasta lograrlo, pero no en la mira individual de Oliveira, sino en el terreno de la lucha política, del auténtico compromiso social. No importa que ese castillo de naipes llamado socialismo se hubiese derrumbado aparatosamente 16 años después. En Libro de Manuel, Cortázar expresa hasta la fatiga sus reservas frente a este proceso. Y de todas maneras, la quiebra del comunismo no acabó con los pobres del mundo. Andrés Fava aceptó el compromiso revolucionario, pero dejaba en claro que no cedía nada de su reino individual, aquello que peyorativamente llamaban actitudes pequeño-burguesas, cuya enajenación configuró el infierno de la experiencia marxista. Lonstein le dice a Andrés:

“-El señor quiere cosas, pero no renuncia a nada.


-No, no renuncio a nada, viejo.


-¿Ni siquiera un poquito, digamos un autor exquisito, un poeta japonés que sólo él conoce?


-No, ni siquiera.


-¿Su Xenaquis, su música aleatoria, su freejazz, su Joni Mitchel, sus litografías abstractas?


-No, hermano, nada. Todo me llevo conmigo a donde sea”.

Y así tendrá que ser.

En este punto del análisis es preciso abandonar a Cortázar y sus concepciones sobre el erotismo para abordar la crítica cortazariana que advierte elementos no propuestos por el autor.

En general, la temática de Cortázar, desde Los reyes, su primera obra, hasta los últimos escritos, gira en torno de la transgresión de los fundamentos sobre los cuales se apoya la cultura occidental, la tradición judeo-cristiana. Se intenta desmoronar la base de esta civilización que se ha desarrollado a expensas de la infelicidad del hombre. Ya lo señalaba Freud en El malestar en la cultura. Marcuse sostenía: “La proposición de Sigmund Freud acerca de que la civilización está basada en la subyugación permanente de los instintos humanos ha sido pasada por alto. Su pregunta sobre si los sufrimientos infligidos de este modo a los individuos ha valido la pena por los beneficios de la cultura no ha sido tomada muy seriamente (...) La libre gratificación de las necesidades instintivas del hombre es incompatible con la sociedad civilizada: la renuncia y el retardo de las satisfacciones son los prerrequisitos del progreso. ‘La felicidad -dice Freud- no es un valor cultural’. La felicidad -prosigue Marcuse- debe estar subordinada a la disciplina del trabajo como una ocupación de tiempo completo, a la disciplina de la reproducción monogámica, al sistema establecido de la ley y el orden”. Entendida la felicidad, en el marco de la filosofía del psicoanálisis, como la liberación de la sensualidad, como la realización de un deseo prehistórico, subyugado en la cuna por el principio de la realidad. Así lo expresa Cortázar: “Nuestra realidad cotidiana enmascara una segunda realidad, que no es ni misteriosa ni teológica, sino profundamente humana. Y, sin embargo, a causa de una larga serie de equivocaciones permanece escondida bajo una realidad prefabricada por muchos siglos de cultura, una cultura en la que existen grandes hallazgos pero también profundas aberraciones, profundas distorsiones”. Es explicable, entonces, que ahora volvamos ansiosamente las miradas a las etnias milenarias.

Podría afirmarse que esa “segunda realidad”, de la que habla Cortázar, no vive enmascarada ni escondida, sino subyugada por la civilización. Tras su liberación se orientan los esfuerzos de Cortázar. Y no se equivoca cuando pone en la mira los elementos y circunstancias que rígidamente mantienen sometido ese reino. Por eso apunta contra “la alegría barata y sucia del trabajo”, por eso hace “saltar en mil pedazos el tiempo de los empleados”, por eso, de alguna manera, señala la miseria de la monotonía conyugal, el sexo aletargado por la monogamia, las ocho horas ineluctables de tortura laboral, las oficinas-calabozos, las fábricas que agotan la vida de los obreros, el vientre seco de las mujeres que marchitaron su belleza en la tarea de perpetuar la especie.

No es raro que en casi todos los cuentos de Cortázar, sus personajes sean seres anodinos, inmersos en la rutina de su cotidianidad. Y que, abruptamente, en cualquier momento de esa vida gris, caigan en el extrañamiento, en una dislocación de la realidad que, en ocasiones, los sitúa en el centro mismo del horror. Precio alto por escapar de la rutina ordinaria, pero válido. Cualquier cosa es válida si coadyuva a quebrantar esa vida chata, sin expectativas ni esperanza.

Pero es en Rayuela y en Libro de Manuel donde Cortázar ritualiza el erotismo en ceremonias que aparean el sexo con la muerte, como pasos previos al salto, al puente que conduce a la otredad, a su segunda realidad, a sus cielos. Es a la crítica Margery A. Safir a quien corresponde este fascinante análisis, cuya esencia está en las conductas extremas utilizadas por Cortázar, Sade y Lautréamont como recursos extremos “para el sufrimiento y para romper los límites de la conciencia”, tal como lo anota Susan Sontag.

“He elegido examinar este tipo de conducta -dice Margery A. Safir- en Rayuela y Libro de Manuel porque creo que se ha convertido en un tópico demasiado frecuente hablar de Libro de Manuel como una desviación radical de Rayuela, ignorando los notables paralelismos estructurales, lingüísticos y temáticos que coinciden en ambas novelas (...) Analizar cómo un modelo de comportamiento extremo, esencialmente transgresivo por naturaleza, se usa en ambas novelas pasando de la crisis a la liberación”.

El capítulo 36 de Rayuela muestra a Oliveira completamente solo. El club se ha disuelto, ha abandonado a sus amigos (“Ya va siendo tiempo de que me dejen solo, solito y solo. Admitirás que no me ando colgando de los levitones. Rajá, hijo de Bosnia, la próxima vez que me encontrés en la calle no me conozcas”, le dice Oliveira a Gregorovius). La Maga y Pola, sus mujeres, han desaparecido. Lo trabaja la obsesión de acceder a su cielo, al Kibbutz del deseo. Debe, al igual que Heráclito, para curar su hidropesía, hundirse “en la mierda hasta el cogote”. Baja a la orilla del Sena, debajo de un puente, y se une a Emmanuéle, una clocharde, una vagabunda. Se beben una botella de vino y Emmanuéle “se echa poco a poco sobre su amigo borracho y con una lengua manchada de tanino le lame humildemente la pija”.

En Libro de Manuel, Andrés sodomiza a Francine en una habitación del Hotel Terrass, frente al cementerio de Montmartre. Previamente la había conducido al balcón. “Le puse la mano en la boca para que no gritara, desnudos salimos al balcón, la forcé a ir hasta la barandilla, bajo la luz morada del cielo de Montmartre vio las cruces y las lápidas, la geometría coagulada de las tumbas”.

Obsérvese cómo, en ambas escenas, el acto sexual está ligado a la muerte en la medida en que no es reproductor. Cómo la clocharde no es más que una caricatura grotesca de la vida y Francine es virtualmente violada frente a un cementerio. En los ritos eróticos cortazarianos el Eros y el Tánatos se funden en un ceremonial que conduce al mandala, a ese cielo demencialmente perseguido por sus personajes.

“El descenso espacial de Oliveira a las orillas del Sena -dice Margery Safir- tiene también su paralelo en un descenso social que significa su ruptura con la sociedad burguesa. Oliveira avanza hacia el mundo de los clochards o vagabundos, un grupo social marginal que, en contraste con otros grupos marginales, se caracteriza por su abstinencia del trabajo. Este detalle es importante y da una clave para descubrir la naturaleza de la escena que contemplamos en este capítulo. Los avanzados estudios antropológicos y psicológicos del siglo XX sugieren que el trabajo es la actividad que separa al hombre del animal y que constituye la base de la sociedad. Como eje de la sociedad, el trabajo es también la fuente de toda represión. Tal vez George Bataille sea clarísimo en este punto al insistir en que todos los tabúes fundamentales nacen de la necesidad de restringir cualquier actividad cuyo libre reinado represente una amenaza para el trabajo. Así, pues, empezando desde la base, el único grupo humano que escapa de los tabúes más elementales es el que George Bataille llama el ‘inframundo’, una subcultura que, como los clochards de Rayuela, existe fuera de las exigencias del trabajo. En el inframundo, como entre los clochards de Cortázar, todos los límites de la sociedad normal desaparecen, incluida la racionalidad asociada con las obligaciones de la producción económica y la necesidad de reprimir explosiones de energía no productiva. En otras palabras, el descenso al mundo de los clochards es claramente un movimiento hacia ‘el otro lado”.

Movimiento en el que Oliveira debe deseducar los sentidos, “abrir a fondo la boca y las narices y aceptar el peor de los olores, la mugre humana”. Agarrar la botella de vino de la clocharde y bebérsela a sabiendas de que el cuello está untado de rouge y de saliva. Humillar la náusea y proseguir en el descenso hasta contemplar, en un mundo alucinatorio, a Emmanuéle como una diosa siria caída, “tirada en el polvo y pisoteada por soldados borrachos que se divertían en mear contra los senos mutilados hasta que el más payaso se arrodillaba, ante las exclamaciones de los otros, el falo erecto, masturbándose contra el mármol y dejando que la esperma le entrara por los ojos donde ya las manos de los oficiales habían arrancado las piedras preciosas”. La violencia y el erotismo hirviendo en el fondo del abismo, a un paso de dar el salto, de entrar en el camino que llevaba al kibbutz del deseo, por entre “los mocos y el semen y el olor de Emmanuéle...”

En Libro de Manuel, la escena de Andrés y Francine se prepara con los mismos ingredientes ya examinados en el capítulo 36 de Rayuela. Andrés propone un descenso simbólico: “Necesito bajar con vos estos peldaños de coñac y ver si en el sótano hay respuesta, si me ayudás a salir de la mancha negra...” Salir de la mancha negra es llegar al kibbutz del deseo. El acto sexual anal realizado con Francine está igualmente asociado con la muerte, por cuanto no está orientado a la reproducción de la especie. El cementerio frente al hotel Terrass reafirma esa presencia. La resistencia de Francine a participar del acto, y la forma como Andrés la somete, a despecho de su aquiescencia final, configura el entorno violento, la fundamentación sádica. Es, de otra parte, la forma acabada, según los planteamientos eróticos de Cortázar, de “Tu más profunda piel”.

“Estos aspectos del acto erótico que Andrés realiza con Francine -dice Margery Safir- son importantes porque demuestran hasta qué punto las acciones de Oliveira en el capítulo 36 de Rayuela se repiten en la escena del Hotel Terrass. En Rayuela existe una visión onírica de una figura femenina pasiva, una diosa caída que es violada a través de un acto erótico no reproductor y no heterosexual. La visión implica también la vinculación de excreta con el erotismo a través de la figura de un soldado que orina sobre la diosa caída. En Libro de Manuel la transgresión onírica de Oliveira se convierte en la transgresión real de Andrés. Una figura femenina pasiva, Francine, se usa como objeto sacrificial y es litúrgicamente violada a través de otro acto sexual no reproductor que se asocia con la actividad homosexual. Y nuevamente la excreción, esta vez a través del mismo acto sexual, queda vinculada con el erotismo”. Es mediante esta extraña liturgia como Andrés se libera de la mancha negra.

Quedaría por examinar el tratado sobre el onanismo que Lonstein desarrolla en Libro de Manuel. Igual podría decirse sobre el vampirismo en 62, Modelo para armar y las relaciones lesbianas que coincidencialmente la mayoría de los personajes femeninos de Cortázar experimentan. Pero sería imperdonable no transcribir el extraordinario capítulo 68 de Rayuela, un texto erótico escrito en glíglico, una especie de lunfardo montevideano inventado por la Maga. Disfrutemos este irrepetible pasaje:

“Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo como poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! volposados en la cresta del murelio, se sentían balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.”

Queda, finalmente, la extraña sensación de que la erótica permanece huérfana desde Cortázar. Que lo poco existente, en español y otros idiomas, es una erótica anacrónica que ni siquiera toca de lejos la increíble revolución sexual que se dio a partir de los sesenta y que el maestro vivió y percibió, pero que no alcanzó a expresar en su totalidad porque ya la vida se le agotaba. Se precisa otro Cortázar para que relate la praxis de esa revolución que perseguía la libertad y la felicidad a través de la liberación de la sensualidad, que buscaba los cielos de Freud y de Marcuse, los mandalas cortazarianos. Es necesario que se escriba sobre el erotismo de los últimos 30 años, sobre ese frenesí sexual, sin antecedentes en la historia de la humanidad, que brutalmente fue estrangulado por el sida: recurso siniestro que se inventó la madre naturaleza para que, de nuevo, prevaleciera la realidad sobre la felicidad.

Bogotá, 1991
Fuente: Argenpress




Lo nuevo de Revagliatti


Esa plasmación
de una irradiación:

el poema.


***

Asaltante

Robar un Banco
es una experiencia poética

Y aunque te atrapen
o sólo te frustren
implica una incursión en la experiencia
fallida en sus versos finales
el dichoso remate
o botín

El asaltante de Bancos
como todo poeta
infiere en acto su cosmovisión
trasfunde el paisaje
crea el asalto

Allí donde establecidos
violan los banqueros
los banqueros
son violados

Adviene el simulacro
de un rayo de equidad en la venganza
cuando prodúcese el asalto
Arriba una repentina justicia
reparadora en el inconsciente social
Subvierte
& consuela
Finge
“la violencia de abajo”

Cuanto más preciso y económico
el asalto a un Banco
cuanto más sutil
más honda irradiación:
mejor humilla a los amos
del dinero y de todo:
los perversos prosaicos

Para el asaltante
-el Poeta de Bancos-
su consagración
es la impunidad.


*****

Resérvase


El buen poema
no es bueno:

te asoma
al abismo


El buen poema
-sabemos-
no te da
del todo
lo que él tiene


El poema
reserva para futuras incursiones
su interminabilidad.


Rolando Revagliatti
http://necronomicon.avcff.org/necronomicon/necro15/necro15.htm
http://www.konvergencias.net/esain110.pdf
http://sol-negro.blogspot.com/
http://www.mundoculturalhispano.com/
http://www.revagliatti.com.ar/

Viviana Ponieman: Para no perder las alas…


Muestra en el Espacio de Arte del Museo Evita
Del grafismo del dolor a los esplendores cromáticos....(J.E. Burucúa)

Del 27 de agosto asl 26 de octubre. Entrada libre y gratuita
Museo Evita Lafinur 2988, Tel. 4807-0306; www.museoevita.org
Horario del Museo: martes a domingo de 13 a 19.00 hs.

En las 3 salas de la PB del Museo, pinturas, dibujos y textos “del puente de la memoria al carrito de los sueños”.
La mayoría inéditas en Buenos Aires

Obras de distintos tamaños y técnicas más la instalación de textos a la manera de graffitis y pintadas que llaman a reflexionar, en un lenguaje poético, acerca de la violencia pasada y presente, la subjetividad, lo público y lo privado, las palabras y el silencio.

También podrán verse las ilustraciones realizadas por la artista para el cuento Esa mujer de Rodolfo Walsh.

Del grafismo del dolor a los esplendores cromáticos....(J.E. Burucúa)

Del 27 de agosto asl 26 de octubre. Entrada libre y gratuita
Museo Evita Lafinur 2988, Tel. 4807-0306;
www.museoevita.org
Horario del Museo: martes a domingo de 13 a 19.00 hs.

VIVIANA PONIEMAN
4804 6645
http://www.viviponieman.com.ar/


Viviana Ponieman, una memoria coloreada.

Las oposiciones entre la tragedia transmitida por el dibujo, la composición abstracta, la textura, y el placer asimilable a la comedia del color (uso “comedia” en el sentido de composición, poema, obra destinada a provocar la risa de la alegría y, en última instancia, la reconciliación gozosa con las contrariedades de la vida), esas tensiones polares han sido uno de los enigmas básicos e irresueltos de los expresionismos de vanguardia, desde la época de Die Brücke o Der Blaue Reiter hasta las exploraciones del grupo Cobra y del expresionismo abstracto. Y parece lógico que las contradicciones así planteadas permanezcan tales, pues la experiencia tolerable y reveladora de cualquier choque de opuestos en el horizonte de lo sensible es quizás uno de los más importantes desiderata del arte.


La pintura de Viviana Ponieman vuelve hoy a colocarnos en ese dilema o, mejor, en ese desfiladero donde distinguimos, a un lado, el grafismo del dolor y, al otro, los esplendores cromáticos de una visión que busca, pertinaz, alguna posibilidad de deleite en las capas profundas de la experiencia humana. Sus siluetas, sus figuras, sus íconos producto del estampado o del collage -como la Evita joven de la cabellera y el cuerpo al viento o el Rodolfo Walsh de la concentración intelectual de la que nació una gran literatura de combate- son las variantes de un dibujo fluido cuyo efecto, a pesar de la libertad y de la elegancia que él despliega en el arabesco, apunta a un desgarramiento de la mirada y del alma contemplante. En las líneas se concentra la experiencia del desasosiego y de la angustia, representada e inducida por estas pinturas. La riqueza y la complejidad del campo de color, en cambio, apuntan a provocar otras emociones estéticas, más ligadas a las sensaciones placenteras de la luminosidad, de las tríadas armónicas, del blanco puro y de su descomposición irisada, elementos todos ellos que invaden los fondos para componer una extraña cartografía de la memoria donde percibimos los destellos paradójicamente risueños de los recuerdos tristes. Viviana Ponieman ha conseguido de tal suerte dar una vuelta de tuerca inesperada, inédita, a aquella dialéctica del expresionismo que fue el punto de partida de nuestra estampa crítica. Y nos ha enseñado además que, por horrorosas que sean las huellas del pasado en nuestra historia vivida, es hora tal vez de redescubrir las cosas y los momentos exultantes que todavía brillan por detrás de la amargura.

Buenos Aires, 1º de agosto de 2008

José Emilio Burucúa

Estereotipados Presenta:
'Clavos Encarnados'
Sábados 21 hs.
a partir del 13 de septiembre
Teatro Arlequines
Venezuella 1113/5
Reservas al 4115-1721

Pere Bessó XII Premio de Poesía J.M.Ribelles

FUENTE AGENDA ROJA, Mislata, Valencia, España

AR Nº 1710 26 Setembre 2008

EL PREMI DE POESIA JOSEP MARÍA RIBELLES D'ENGUANY

La redacció d'AR es trobava enfeinada en el butlletí del Ple d'ahir nit, mentre el nostre company, Salvador García, revisava les notes per a respondre les trucades de telèfon, quan se'ns ha cridat del Centre de Cultura de la Vila de Puçol per a fer-nos arribar la bona noticia que el nostre company Pere Bessó ha resultat guanyador de la darrera edició del premi que porta el nom de Pep Ribelles , gran poeta i amic del nostre ex regidor que, dissortadament traspassà fa uns anys. La primera resposta de Pere Bessó en assabentar-se'n ha sigut: reivindicar la memòria de Pep Ribelles és fer valdre una de les quotes més altes de la poesia valenciana en castellà, alhora que l'exercici del seu magisteri en els joves poetes de la Generació dels 70 a València. Per a Pere Bessó és un vertader orgull poder comptar des d'ara amb el premi Josep María Ribelles de la seua vila nadiua que per a ell representa tant afectivament com els Ausies March (Beniarjó i Gandia), "Vicent Andrés Estelles" (Premis Octubre) o altres que guarda al seu currículum literari... AR ofereix a la seua membresia el primer poema del poemari Només per a dones que ha resultat guanyador, alhora que la primera versió al castellà realitzada per l'autor a petició d'AR.

XIIé PREMI DE POESIA JOSEP MARIA RIBELLES
AJUNTAMENT DE PUÇOL


NOMÉS PER A DONES


Poema de muestra

L'OMBRA DEFINITIVA



Ets dona fronterera,
contradictòria:
pell de banús però corfa de taronja.
Recorda-ho:
Al mateix llanguiment
resta l'essència de l'ombra,
semblant a la condemna
de mustigar-te a poc a poc.
No voldries fugir
de la còmoda foscúria a mitges,
però tampoc no se't permet
de trencar definitivament l'alba.
Ets un excipient confús,
rètol de la llum clandestina,
l'entremig més diàfan.

Pere Bessó

Traducción al castellano, por Pere Bessó



LA SOMBRA DEFINITIVA


Eres mujer fronteriza,
contradictoria:
piel de ébano pero corteza de naranja.
Recuérdalo:
En la languidez misma
queda la esencia de la sombra,
semejante a la condena
de ajarse poco a poco.
No querrías huir
de la cómoda obscuridad a medias,
pero tampoco se te permite
romper definitivamente el alba.
Eres un excipiente confuso,
rótulo de la luz clandestina,
el entremedio más diáfano.

Fuente: http://www.martazabaleta.blogspot.com/
Marta Raquel Zabaleta, D.Phil. Sussex University, I.D.S.
Honorary Visiting Senior Lecturer
School of Arts and Education
Middlesex University, London, UK

Miriam Cairo: Hombres jugando en las maromas del destino


El hombre abrió la ventana y el ruido de la ciudad se agitó de pronto. Desde hace un tiempo es el gran protagonista de las historias que la narradora dadaísta publica en el diario local. Por medio de sensuales cualidades que aquella le va asignando se ha vuelto un amante codiciado.
El hombre se deja escribir porque cree que es una manera menos sacrificada de construirse un destino. Sin embargo, no se agota en una metáfora de edificación idílica sino que se esmera por desarrollar todos los dones que la creadora le atribuye.
Aquel domingo soleado en que el lector de sí mismo abrió la ventana rosarina, se extendía sobre la avenida, desde el río hasta la plaza, un día verdaderamente desparramado en tonos verdosos, y el hombre se movía en el comedor como potro alado. El, que había considerado, de unos años a esta parte, que la ingesta excesiva de asados y alcohol, eran los únicos goces que la vida le depararía, tuvo de repente una visión cuando leyó por primera vez aquel panfleto amoroso de la narradora cintilada.
Durante largos meses se dejó adorar en aquellos textos incomprensibles que, sin nombrarlo, lo aludían de manera encubierta. El no demoró mucho en caer en el séptimo círculo de la tentación de hacerse cargo de su infierno y buscó el momento para entrar en acción con la vecina del 8 A, que tantas veces le había dicho buen día, buenas noches, buenas tardes y otras tantas insinuaciones subrepticias, al pie de la escalera o en el ascensor, con la boca labiada de amarantos y violetas.
Cierta noche, mientras se lavaba los dientes antes de irse a dormir, cuando estuvo por completo seguro de que todo lo que aquella escribía era cierto, decidió invitar a la provocadora del edificio a comer. La cita ya había sido escrita por la narradora descalabrada, en el espacio semanal que el diario le dedicaba para que promoviera con igual fruición la masturbación diaria y el versolibrismo fragoso.
La cita fue aceptada y en poco tiempo el hombre resignado se convirtió en hombre amado. El, que había empezado el recorrido de su destino como caballo y lo había continuado como cordero, por obra de la lectura recuperó los ardores y se puso otra vez en camino hacia sí mismo.
El hombre que ese día argentino abrió la ventana rosarina hizo ademán de querer cerrarla pero el ruido ya había entrado. Aunque todo a su alrededor siguiera estando en su sitio, él ya no se aplastaba como un almohadón contra el respaldo sino que aprendió a volar sobre dos mundos como un pájaro amarillo. Contra el jaspe del corazón descarozado él litigaba una tensión íntima y barroca: añoraba que la esposa fuera su querida, que su querida fuera la esposa.
Su nuevo rasgo de amante surrealista le demandaba una afanosa tarea de reconstrucción temporal y estrategias anfractuosas: no es fácil escabullirse en el propio edificio. Al periplo dominical de la permanencia en casa, lo seguía la excursión semanal por los pasillos para concederse las más osadas cosquillas.
Las jornadas eran una alternancia entre el reclamo y las caricias, porque las historias crípticas de la narradora no profetizaban un divorcio, un aluvión de confesiones, una riña de gallos, ni una muerte repentina. El lector de sí mismo dependía del texto pero todo le hacía sospechar que la narradora pretendía que fuera él mismo quien escribiera sus horas de martirio, deleite o heroísmo. Defraudado de su autora favorita, un poco leyendo, otro poco obrando, honradamente se enredaba en las maromas de su vida. Con las piernas separadas entre el deber y la gloria, aguardaba una contratapa que le orientara el camino a seguir. Pero la narradora de mosaicos (aún hoy) se complace en no escribir una definitiva furia dominguera. Apenas lo aplasta como pálido glaciar contra el baño azulejado, lucubrando culos redondos y pezones de vino. Lo hace pasar horas jugando con sus resplandecientes escupitajos nacarados.
Si el protagonista no hubiera leído acerca de un mar veteado con listones de niebla, no habría tenido que corromperse entre el sí y el no. Entre la esposa y la querida. Entre el agua mineral y el ron. La lectura, ya se sabe, puede arruinarnos la vida. El protagonista se leyó, se reconoció, y perdió la saludable ignorancia que le impedía ver que el piso de su existencia se sacudía en un temblor neurasténico.
Aquel día, empleando recursos cinematográficos muy rudimentarios el hombre abrió la ventana y entró el ruido. Entró también un tedio sonoro como rotura de vidrios. La telenovela familiar supuró una secuela amniótica. Al abrir la ventana el anillo se retorció con un retortijón teratológico. El lo tiró por la rejilla y en contra del lacio pelo convencional se peinó unos rizos dignísimos.
El lector, con los ojos bien abiertos abrió la ventana rosarina como si fuera agosto en Edimburgo. Su cabello rubio era apropiadísimo para protagonizar versos pastoriles. Si hubiera leído a una verdadera poetiza, se habría visto tentado de correr por los prados como un cervatillo. Habría hecho cabriolas en los versos octosilábicos, y con la flauta dulce musicalizaría severas rimas consonantes en vez de sacudirla como taladro insaciable dentro del versolibrismo del octavo piso. Leerse en redondillas lo habría ayudado a asentir con la cabeza y el alma desde la primera hasta la última culpa con la que tan eficazmente afianzan el vínculo los esposos y las esposas. Pero él, claro está, no leyó a una verdadera poetiza y mal sospechándose dueño de sí mismo, eligió concebirse en un acto de lectura que descoyunta. En vez de andar de rodillas por el parquet del comedor, prefirió recorrerlo como potro alado. Además, como si todo fuera poco, jugó con las maromas: "A e u o yuyuyu i e u o/ yuyuyuyu/drrrrdrrrrgrrrrgrrrr/la loca del pueblo incuba bufones para la corte real". (Continuará).


Miriam Cairo
cairo367@hotmail.com
Fuente: Conratapa Rosario/12
sabado 27 de septiembre de 2008

Desde Paraguay: Escribe Delfina Acosta



¿QUÉ ES LA POESÍA?

“ ¿Qué es la poesía? ” suele decir la gente. He oído preguntar a adolescentes enamorados en cuyas venas se precipitaba el fuego de los pastizales encendidos, a hombres de buena fe, a monjes sentados en la cumbre de la soledad y todavía sedientos de más distancia, al científico que decidió tapiar su existencia con cuatro paredes en la búsqueda perfecta de lo que se llama invento, a monjas que cubrían el anhelo de caridad del mundo cavando día tras día, en la tierra del patio del claustro, la fosa que habría de acunar su propio esqueleto.
Y nadie supo responder. Los bosques y las llamas de los bosques y la lluvia y el río lavando la cabellera de las piedras intentaron responder a la pregunta con un ruido como de mar en parto. Como de estrellas cayendo.
¿Qué es la poesía? quiso saber de nuevo la gente. Y muchos curiosos se acercaron al poeta, para oír de su boca la revelación, que siglo tras siglo les fue robada a su ilusión.
Y hubo un silencio.
Y cayó un alfiler al suelo y fue como si un rayo se desparramara sobre las calles.
Y el poeta siguió callado.
Y fue su silencio - por fin - el ojo de la cerradura por el que entró la luz del sol.


LA ARAÑA DE ORO

Como a las tres de la tarde, mis vecinos venían apareciendo por casa. Era la hora de los pájaros rojizos.
Adolfina iba al rancho de la vecina, doña Pablina, para hablar sobre pomberos, porque quedarse callada a la hora de las apariciones le daba tos.

No quedaba nadie en el hogar. Estaba pues a mis anchas, y mis amigos, dueños de la ausencia, se sentaban cómodamente sobre las sillas, alargando las piernas, y reclinando las cabezas sobre el pensamiento de una mala acción que nos pudiera entretener.

Los jueves hacía sorteos de algunas (pequeñas) pertenencias de mi madre. La suposición de una reprimenda estaba lejana pues era mujer distraída; la fecha tenía para ella el áurea de una máquina diabólica que nunca estaba a su alcance pues cada día preguntaba: ¿Qué día es hoy?
Cuántas zonceras desaparecían en un santiamén: monedas bolivianas, un monedero viejo, pinzas para las cejas, pañuelos de colores, cintos pasados de moda, etcétera, etcétera, etcétera.

Mi hermana, Leny, no se metía en mis travesuras, pues me llevaba cinco años; además consideraba que mis empeños eran carentes de invención; pero enfrentados a los juegos solitarios que mi padre imponía, mis entretenimientos, por su sola desobediencia a la regla, eran la mar de divertidos.


Revisando las pertenencias de mi madre, encontré un prendedor de oro con forma de arácnido, de patas rojas y gran tamaño. Era como la vieja araña que solía dejar caminar por mi brazo cuando me quedaba sentada y silenciosamente escondida detrás de un banano, mientras mis amigos me perseguían por la plantación.

Decidí jugar a los sorteos.

Les pedí a mis compañeros de hazañas que escribieran sus nombres en un pequeño pedazo de papel y lo doblaran varias veces hasta convertirlo en una bolita.
Las bolitas fueron echadas en una cesta.


- No hagan trampas. No anoten sus nombres dos veces - les advertí. Es que ellos eran tramposos sin cura. Pero - precisamente - aquellas trampas suyas le daban una carátula de mafia al juego, haciéndome sentir el riesgo de que me entretenía con mis propios adversarios.
Cuántas veces nos trenzábamos en discusiones violentas, acusándonos los unos a los otros de cometer fraudes; bajo la amenaza de un castigo, les exigía que jugaran ajustándose a ciertas normas. Mas he aquí que las trampas superaban sus promesas de obediencia y acabábamos envueltos en palizas que por su propio entrevero se convertían en otro juego más.
Zas, un tirón del cabello a Felicita, provocaba sus risas.

Otro tirón más fuerte, le hacía reir y llorar.

Los tirones de pelo nos llevaban a la verdadera alegría de la niñez.

Llegó el momento de sortear el prendedor con forma de araña.
Revolví las bolitas y puse los ojos en blanco.


Inocencio, uno de los hermanos mellizos, sacó la bolita de papel de la cesta, con sus ojos vendados y cerrando sus narices.

Matías, dando golpazos a una vieja palangana, imitó un redoblar de tambores, muy a propósito con el golpe de suerte que caería sobre el afortunado ganador del sorteo.

Y todos ponían los ojos en blanco, y el olor del limonero era fuerte, y las flores se abrían como frutas. No recuerdo ya quién ganó.

La cosa es que hubo trampa, como de costumbre, y se armó un lío tremendo.

Calma, que aquí nadie sale perdiendo - dije.
Decidí, entonces, que quien adivinara el número que tenía en mente, se llevaría la araña de oro.

Otra vez los ojos en blanco. Nuevo redoble de tambores.
¡El trece! - gritó Amada. Ganó. En realidad, no había pensado en ningún número, pero había resuelto premiar a Amada, para afirmar mi arbitrariedad.

A la noche, y a la noche siguiente, y durante el año, y durante todos los años que pasaron, mi madre no se dio por enterada de la ausencia de su prendedor.

Me hubiera gustado que supiera y me diera al menos un tirón de oreja. Pero así era ella. Una mujer distraída y ausente en la tierra, mientras su hija crecía en malicia, picardía y maldad.


Delfina Acosta
delfina@abc.com.py

Palabra en el mundo


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Tel: 4921-1212
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Mónica Russomanno: La labor imposible


Cacho no quiere terminar el té que nos regaló en Euskadi Amaia. Amaia trajo el té desde Ámsterdam, un té con pimienta negra y cardamomo, con lúpulo y canela, con jengibre y cáscara de naranja, con albahaca y regaliz. Un té picante y dulce, un té con las especies de oriente y el largo viaje desde otros mundos a los nuevos mundos, hasta este lugar al final del globo donde los ríos son anchos como mares y albergan peces de estatura prodigiosa.
En esta noche en que la brisa es dulce y se perfuma con las flores millonarias del jazmín del Paraguay, en que la noche es negra y se aromatiza con el óleo fragance, en esta noche en que hablamos del Yuyo y de Hernández, de la serie de Fibonacchi y del devenir de las bolsas.
Cacho no quiere acabar con los saquitos que ya casi no quedan en una caja de cartón que promete con su nombre la “Felicitá”. Porque después ya no habrá, porque toda felicidad es pasajera, porque la historia, lo dijo Borges, crece, atroz, sobre nosotros. Porque Ámsterdam queda muy lejos, porque el hermoso gesto de Amaia sacando de su bolso la cajita con papel de mariposas ya fue, ya se perdió en la acumulación de días, y no habrá más tés con nombres engañosos y sin embargo tan certeros.
Cacho, como todos, como todos los hombres que fueron y serán, quiere prolongar la delicia, el pasado que se termina, lo que está próximo a desaparecer en la nebulosa frontera, en la difusa zona de los recuerdos.
Cacho, como Atget, como ese fotógrafo que era viejo cuando nuestro mundo conocido era joven, quiere rescatar la vida de la muerte. Quiere conservar lo que es perecedero, lo que es fugaz, lo que por destino propio e impuesto debe morir.
El fotógrafo Atget en París, con técnicas que ya estaban perimidas, sumando sin saberlo muerte a la muerte, con placas de vidrio, con cámaras perimidas, con el ansia inconducente de extraer imágenes a la decadencia, el fotógrafo Atget fotografiaba incansablemente, o cansado quizás, quizás muy cansado, quién sabe, pero el fotógrafo Atget con su trípode y su cámara negra y aparatosa tomaba las imágenes finales de una París que se difuminaba en la sombra negada de un siglo, que nuevo y hermoso se daba a derruir las viejas edificaciones para crear una París eficiente y moderna.
Cacho duda frente al saquito de té que puede ser último. Atget incansablemente, cansado quizás, muy cansado, ya un hombre viejo, fotografiaba hermosos pasajes de una historia que se derruía, que se despedazaba, que se sustituía en nuevas construcciones sin fantasmas. Al dorso de un cartón escribió con hermosa letra inclinada hacia la derecha “a derruir”. Y era un edificio sin interés, una ventana, una puertecita, un empedrado, un cielo en blanco y negro. Apenas un testimonio de los que vivieron, odiaron, murieron, lucharon. Todos muertos.
La imposible necesidad de los guardadores, de los historiadores en fin, de los memoriosos, de los que congelan en su mente perecedera un momento perecedero.
Y las pirámides que se desgastan con el viento del desierto, y las murallas que momento a momento pierden una piedrecita insignificante pero decisiva, y los ejércitos que se despeñan en la sucesión del mar que embate sin tregua ni sosiego.
Cacho paladea el té que puede ser último, Atget sacó la última fotografía de los ladrillos que hoy son relleno de calzada, el mundo cambia, la tierra se estremece, los continentes gritan en la noche. El hombre se pierde, también, en la noche.
Benditos los que creen en la belleza de resguardar por un breve, maravilloso, necesario momento, la mínima llama de una candela en el inconmensurable universo.

Mónica Russomanno
russomannomonica@hotmail.com

El turista original


Por Hernán Casciari
Ahora mismo estoy viajando en un tren y voy leyendo un libro muy gordo. Mis tiempos de lectura ocurren en el ferrocarril o cuando estoy cagando tranquilamente en casa. Pero resulta que tanto el baño como en el vagón son dos ámbitos en donde no hay mesas amplias ni apoya brazos, entonces al libro lo debo soportar en las manos. Cuando el volumen es breve no tengo mayores inconvenientes, pero ir con un ladrillo de medio kilo en las manos, en pleno siglo veintiuno, comienza a ser un despropósito.
Mientras voy a visitar a mi amigo don Juan, estoy leyendo un libro maravilloso, pesado y gordo (unas 1.600 páginas) y por primera vez en mi vida de lector empiezo a sentir la urgencia del libro electrónico. Ya no como amante de los gadgets, sino por necesidad real, por agotamiento y reumatismo.
En el libro que leo ahora hay miles de notas al pie y repeticiones argumentales. Lleva un apéndice al final, con las biografías de todos los autores a los que se hace referencia en el corpus. Cada vez que necesito conocer un dato debo poner el señalador, cerrar el libro (voluminoso, ya ajado), manipularlo con fuerza y revisar las páginas finales. Me siento un Neardental curioso y frustrado.
A veces me da la sensación de que determinada idea ya fue expuesta ocho capítulos atrás, pero es imposible buscar la fuente: hay que hacerlo a mano, página a página. Casi nunca lo logro y me deprimo. Me rasco, me quito pulgas; a veces aúllo.
El hábito digital hace que cada vez nos resulte más complicado leer a la antigua usanza. Sobre todo, cuando el material de lectura tiene ramificaciones. Nos hemos acostumbrado al salto, al hipertexto, al procrastineo, a manejar tres o cinco ideas al mismo tiempo. Regresar al libro plano, unidireccional, es como volver a encender el fuego con una piedra y un palito.
Tras cartón, el libro electrónico no parece avanzar en el mercado. Está el Kindle (de Amazon) que desde hace tiempo amaga con imponerse, pero nunca se impone. ¿Qué sentido tiene que me lo compre hoy, si no le puedo cargar contenidos en castellano?
Más allá de todas las razones sobre la tardanza, la verdad es que las editoriales no quieren correr la misma suerte de las discográficas. Los grandes grupos editores le ponen palos en la rueda a todos los proyectos electrónicos porque todavía no descubrieron de qué forma ganarán dinero cuando la materia escrita sea intangible (como ya lo es la música, como ya lo es el cine).
Hace treinta años el gran enemigo del capitalismo eran los comunistas. Ahora son los intangibles. ¡Qué felices eran los directivos de la RCA Víctor cuando los discos eran de pasta o de vinilo, cuando el que quería escuchar una canción tenía que comprarse el long play entero! ¡Con qué amor fumaban sus habanos y contaban los billetes!
Ahora la música es un intangible. Nadie la ve, no viene en cajita. Son datos invisibles que pasan de mano en mano, de oreja a oreja, sin que nadie pueda cobrar peaje. El cine también ha cambiado, tampoco viene en cajita.
El único ámbito de la cultura popular que todavía sigue unido al packaging es el libro. Y el temor a que la cajita nos resulte obsoleta (¡ya nos resulta, odio llevar este ladrillo en la mochila!) le pone los pelos de punta a los intermediarios de la cultura, a los que ganaron dinero siempre sin hacer nunca demasiado.
Por pura ansiedad, voy de visita a la casa de Juan Dámaso, un vidente vasco que hace unos años tuvo una breve fama vaticinando desgracias por Internet. Ahora está jubilado, pero sigue recibiendo a los amigos. Al llegar, le pregunto qué ve en el futuro respecto al libro electrónico, si falta mucho o poco para poder disfrutar de ese avance tan necesario.
—¡Ah! —me dice, poniendo los ojos en blanco— ¡La literatura intangible: bajarse libros de Borges y ponerlos en el iPod, descargar la obra completa de Vila-Matas en un archivo .zip y descomprimirla en el avión, toda nuestra biblioteca en un pendrive de ocho gigas!
—Eso, eso —me excito—, dígame, don Juan, ¿cuándo llegará ese futuro maravilloso, cuándo dejaré de llevar kilos de novelas en mi mochila?
—Veo grandes desgracias —me asegura, alzando los brazos al cielo—. Gerentes de marketing arrojándose por las ventanas de Random House Mondadori, editores y representantes de autores limpiando parabrisas en los semáforos, veo dos rubias en tetas, en la playa, leyendo a Paulo Coelho desde un dispositivo portable de ciento veinte gramos…
Sonrío, esperando más, pero Dámaso interrumpe allí su discurso y se queda con la vista ciega. Comienza a soltar un hilo de baba blanca por la comisura de los labios.
—¿Qué más? ¿Por qué se queda en silencio, don Juan? —le pregunto.
—Sigo viendo a las rubias: creo que una le pondrá bronceador a la otra. Espera un segundo, ahora mismo regreso.
Dámaso se encierra en el baño y me quedo solo en su salón, pensando en la cultura intangible, en el arte que no tiene entidad, en la obra que no se toca pero sí pasa de mano en mano. Me alegro de que el futuro nos depare esto también con los libros. A los quince minutos el vidente regresa del servicio, con la camisa desprendida y los ojos todavía en blanco.
—Continuemos —me dice, y vuelve a su vaticinio—. El libro será el próximo paso, pero la era de los contenidos intangibles y compartidos no acabará allí, mi querido y gordo amigo. También veo a directivos de Lufthansa suicidándose o viviendo en la pobreza extrema. En algunos años existirá el turismo electrónico.
—¿Cómo es eso?
—Alguien, por ejemplo, hace un viaje a Filipinas y lo graba con sensores táctiles y visuales. Después pone el viaje en la carpeta Incoming. Entonces otro, que no tiene dinero para viajar a Filipinas, o que no tiene ganas de subir a un avión, descarga las sensaciones del viaje, lo revive segundo a segundo.
—¡Es la muerte de las agencias de turismo! —grito.
—Sí señor, y también es el ocaso del modo de vida japonés —me responde Dámaso Miranda—. Los vuelos intangibles, según puedo prever, estarán de moda desde 2015.
—¿Pero eso no es vivir la vida de otro?
—¡Pues claro! Ahora tú escuchas la música que ha comprado otro, y ves la película que ha comprado otro, y dentro de poco leerás el libro que ha comprado otro. En algunos años harás el viaje que ha hecho otro… ¡Enhorabuena!
—Pero en ese caso no habrá libre albedrío —sospecho—. Si el viajero original entra a un bar homosexual filipino, uno no puede elegir no entrar a ese bar.
—Por supuesto. Si compras el viaje, vives ese viaje. Y si en ese viaje tres filipinos grandotes le dan por el culo al turista original, prepárate para gozar tú también, amigo mío.
—No sé si me gustará ese futuro, don Juan.
—Pues te jodes. Los bienes intangibles tienen algunas ventajas inmediatas, pero también requieren de nosotros algún sacrificio. Quizás en el futuro esos esfuerzos no sean económicos, pero algo tendrás que dar a cambio.
—¿Qué me quiere decir?
—Volvamos al libro que llevas en tu mochila, al motivo por el que has venido hasta aquí —me dijo—. Cuando ese mamotreto de mil quinientas páginas sea electrónico, tú no lo pagarás. Y no te pesará en la mochila, y podrás consultar bibliografía complementaria con un solo clic, y tendrás un buscador temático… ¿verdad?
—Sí —dije.
—Pero también dejarás de hacer ejercicio, no irás a la librería a buscar el libro, no disfrutarás del olor del papel, no sentirás la satisfacción de haber conseguido algo con un mínimo de esfuerzo, perderás el hábito milenario de mojar el índice para dar vuelta la página, te crecerá el culo por falta de movimiento —me mira un poco y agrega—: bueno, eso ya te ha ocurrido. Pero a lo que voy, amigo mío: nada es del todo gratis, ni siquiera cuando adquieres un intangible.
—Dicho así, es verdad.
—Si un día te descargas el viaje a Filipinas, te sangrará el culo. O quizás te atraquen en una esquina oscura y sientas el filo de una navaja en el cuello. O tal vez el turista original folle con una prostituta sucia y a ti más tarde te arda la ingle.
—Dios no lo permita —digo, tragando saliva.
Regreso a casa otra vez en tren, después de la visita a Juan Dámaso, con una sensación ambigua. El enorme volumen de mil seiscientas páginas ya no me pesa tanto en la mochila, ni tampoco en las manos cuando me dispongo a seguir leyéndolo. Me queda también rebotando en la cabeza una frase de don Juan, algo que me dijo en la puerta de su casa, al despedirnos:
—Hay libros, Casciari, y también hay viajes, que debemos hacer nosotros mismos, con nuestros propios esfuerzos.
Quizá el Kindle, de Amazon, llegue al mercado pronto, con contenidos en español y multitud de accesorios; quizá lo compre y me convierta en uno más de esos señores que van en el tren, idiotizados con un aparatito digital, buscando la respuesta veloz, saltando de una idea a la otra.
Pero este lomo ajado que tengo en las manos ahora, este medio kilo de papel envuelto en cartones rústicos y blancos, este olor y este silencio antiguo, es también un viaje milenario, es mi viaje.
Es raro. Miro ahora mismo a todos los pasajeros del vagón: algunos hablan por el móvil, otros escuchan su iPod, otros están imantados a sus portátiles, revisando un Excel. Mi libro gordo y roto parece de otro mundo al lado de todo aquello, de un mundo anterior.
Me mojo el índice, doy vuelta la página y me siento real y en movimiento. Como un turista original, de carne y hueso, en un vagón lleno de viajeros fugaces como hologramas.

Hernán Casciari
Jueves 25 de Septiembre, 2008
Enviado para compartir por Silsh

Juan Ricardo Sagardía: A veces, siempre

A veces
cuando pienso en ti
miro la flor del romero
y siento a mi alma
murmurar un poema.

A veces
cuando en la ausencia
me llama tu recuerdo,
beso en la nostalgia
tu piel blanca seda.

A veces
levanto mi amor
como un monumento
y brindo por el sueño
que en nosotros nació.

Esas veces
son siempre, amor.

Juan Ricardo Sagardía
SANTOAMOR
santoamor2005@yahoo.com.ar

La señora y su séquito


Los medios son una representación de lo real, más allá incluso de las intenciones de quienes los protagonizan. A través del discurso mediático quedan de manifiesto posiciones, antagonismos, juicios y prejuicios. Sin embargo, poco se debate sobre los medios y casi nada en los propios medios con sentido autocrítico.

Por Roberto Follari *
Sus ademanes aristocráticos no impiden que se haya convertido en una tradición
casera y casi barrial, familiar para las clases medias como el dulce de leche y el mate.
Sus almuerzos son una institución establecida y han hecho de la banalidad
centrada en las buenas formas una marca de origen. A esa hora en que la urgencia
alimentaria llama a evadir el pensar, suele ser bienvenida la futilidad distractiva
que caracteriza su programa.
Sin embargo, la Señora cree que no todo es trivialidad, y se decide –de vez en
cuando, entre encuentros dedicados al espectáculo– a enfrentarse a cuestiones de
fondo: el paro patronal agropecuario (que ella no llama así, por cierto), la seguridad ante el reciente triple crimen. Y no siente que la ignorancia sea un
obstáculo para enfrentar esos desafíos: con desmesura y audacia nos espeta su
singular modalidad de interrumpir a los comensales para insuflar sus comentarios,
aun cuando se trate de temas que no son fáciles siquiera para los especialistas.
Un largo camino recorrió esta muchacha desde que hacía cine como miembro del par de
hermanitas hasta sus actuales inquietudes por las cuestiones trascendentes. Camino
con más luces que libros, más cócteles que conferencias, más divertimentos que
estudio. Nada de ello le impide demostrar –a cada paso, como si fuera una
obligación– que la trivialidad es más grave cuando se ejerce sobre cuestiones no
triviales.
“¿Se viene el zurdaje?”, preguntó con aire casual al entonces recién electo
presidente Kirchner, sin que se supiese si ignoraba la brutalidad del apelativo, o
lo había usado con plena conciencia. Ya desde entonces prefiguraba cuál sería su
relación con un gobierno que –desde su mirada– se hacía intolerablemente
progresista, alejado de la gente que ella suele frecuentar en salones y reuniones
sociales.
Hace unos días, reiteró en su programa la presencia de la denominada “Mesa de
Enlace”; estaban tres de sus miembros, junto al inefable De Angeli. Allí la Señora
desgranó el repertorio de su sapiencia: se escandalizó porque hay niños con hambre
en el Chaco, como si esto fuese nuevo o –mejor dicho–, como si los índices de
pobreza e indigencia no hubieran bajado en los últimos años, y subido brutalmente en
los tiempos de un Menem al que la Señora solía festejar. O como si la Sociedad
Rural, cuyo representante estaba sentado a su lado, no hubiera prohijado cientos de
planes económicos elitistas y antipopulares que han fomentado el hambre y la miseria
entre las capas más pobres de nuestro país.
El módico institucionalismo de Eliaschev lo llevó a cuestionar a De Angeli por los
cortes de ruta; la Sra. se mostró azorada. Quedaba entre dos fuegos: su rechazo por
las acciones callejeras directas (cuya tradición popular le resulta intolerable) y
su agrado cuando esas acciones van contra lo que desaprensivamente llamó “el
zurdaje”. Se mantuvo impávida cuando con su estilo no muy ilustrado, el hombre de
Gualeguaychú afirmó: “No estaríamos aquí si no hubiéramos cortado las rutas”. Siguió
un módico señalamiento de la Señora tratando de cerrar filas, ante la advertencia de
una notoria fisura en el frente unánime de admiración agropecuaria que había invitado a su atildada mesa.
Perla mayor fue la pregunta a Buzzi, de si De Angeli no le está haciendo sombra. Con
su rebuscado campechanismo el líder de la Federación Agraria –devenido en furgón de
cola de la Sociedad Rural–, por teléfono suelta: “Si Alfredo es más bueno que el quaker...”. La Señora festeja esa ocurrencia nada espontánea. No le parece extraño
que tan benigno retrato sea el de quien comandó cientos de cortes de rutas a la
fuerza y declaró tener escopetas y carabinas para responder a quien pudiera
oponerse.
En ese espacio de oquedades se juega la conciencia de cierta clase media argentina
actual. Argumentos vacíos, ideologías arcaicas que los justifican. Creencia de que
hay ciudadanos de un lado, y “acarreados” del otro. Vocinglería que puede
justificarlo todo si va contra un gobierno que es acusado de “zurdaje”. Y –la Señora
como metáfora del país–, lágrimas de cocodrilo sobre la pobreza, mientras se
colabora a sostenerla. Un ritual de apariencias cuidadas, bajo las cuales yacen la
superficialidad y el más ramplón de los sentidos comunes.

* Profesor e investigador, Universidad Nacional de Cuyo.

Fuente: Diario "PáginaI12", 24.09.2008
http://www.pagina12.com.ar/

Irene Gruss: Ternura y lecturas

Imagen: Valentina Rebasa

Por Leonor Silvestri

La mitad de la verdad
Obra poética reunida 1
1982/2007
Irene Gruss
Bajo la Luna
340 páginas

La poesía argentina de los últimos treinta años cuenta con una primera línea donde
hay una gran cantidad de mujeres. Irene Gruss es parte de ese “dream team” de poetas
contemporáneas que conforman lo más nutricio de su generación, por fuera de
cualquier cuestión de género, junto a Bellesi, Rosemberg, Colombo, Genovese o
Bignozzi, entre otras, a las cuales es bueno leerlas en relación directa.
En este libro, Gruss reúne casi 30 años de carrera, donde se observa una filiación
impostora con la “alta poesía”. La poeta parece escribir de manera clásica y seria,
pero tan sólo parece porque, jocosa y lúdica, tiene la capacidad de reírse incluso
de sí misma, con ese dejo de ironía que le es propio y se hace necesario para que
los tópicos de lo femenino y de lo lírico no sean inaguantables (“...Ah,/corazón
mío, no debilites ahora/ que viene lo mejor, no debilites/ y enfrascada/me puse/ a
leer ficción”). Gruss tiene la seguridad de quienes leen, y en el poder expresarlo
poéticamente se muestra su erudición, su originalidad, sin perder el don de la ternura en su implacable confianza en las lecturas que la sostienen. Así, desde una
línea política militante tan fina que hasta incluso es difícil de explicitar, Gruss
da cuenta de la escritura de tema femenino en la bisagra entre el fin del siglo
pasado y el comienzo de este (“Yo estuve lavando ropa/ mientras mucha gente/
desapareció/no porque sí/ se escondió/ sufrió/hubo golpes/y/ ahora no están”).
Aunque quizás los textos de su primera etapa sean los más claramente nostálgicos e
ideológico-utopistas (“todo se reduce a mi memoria y al asombro” dice uno de sus
versos), la cuestión de la mujer se presenta a modo de oposiciones a lo largo de
toda su obra (“Yo quisiera, como Gauguin, largar todo e irme,/ dejar mi familia, la
no tan sólida/posición/ e irme a escribir a alguna isla...”). Y esta ficción de
poesía realista y costumbrista, pero sin desatender el lenguaje, expresa las marcas
de lo femenino en ese mundo que la construye como mujer, en una poesía íntima y
familiar: hijo/a, madre, hermana, amantes varones se dan cita en sus poemas.
El clímax de la obra reunida se encuentra en las variaciones poéticas sobre el asma.
A partir del padecimiento puede no sólo hacer del poetizar el sufrimiento y
construir la propia identidad, sino también le sirve, en un mismo gesto, como
alegoría para permitir que se piense lo indecible: “No abras la puerta,/las
ventanas, la realidad, la/enfermedad es el alma, el asma, el aire/ que no sale...”. Poeta finísima e inteligente, su estilo queda manifiesto en su propios versos
“pájaros cantan en la mañana/soleada/ quién piensa en el cuervo”. Más allá del
erotismo, de la alegría de las historias que cuenta, de la supervivencia, y de esa
suerte de feminismo no confeso pero susceptible de ser leído para quien quiera
apreciarlo, es ella, la poeta, la que piensa en el cuervo, en lo negro y lo oscuro, ella misma que sabe dar cuenta de quién es: “Conozco mi retórica. /Es un aullido/
delicado”.

Fuente: "Radar Libros", 21.09.2008
http://www.pagina12.com.ar/


Silvia Loustau: De nanas y jazmines


En la duermevela (esa palabra tan de Juan Ramón Jiménez) de una mañana de abril, sintió como se iba deslizando de un sueño. Era confuso. Veia mucha gente, ella miraba desde afuera, mientras resonaba una pregunta. Pregunta con la que se despertó. ¿Qué le cantaba su madre cuando era un bebé?. ¿O a esa niñita de ojos asombrados y ropita Marilú que la mira desde las fotos que ha encontrado entre los recuerdos maternos?
Asombroso mundo el de las fotos. Cartones que nos muestran una vida que fue. Un instante congelado donde todo parece pacífico, feliz. Sin embargo, mirándolas y leyendo el año escrito detrás, recuerda algunos entretelones de la historia.
¿Y las canciones y las nanas? Suena una que le cantaba su abuela o su tía cada vez que desenredaban su largo, fino, pelo rubio.Cabello del que resbalaban todos los moños. Recuerda. Era acerca de una princesa a quien peinaban con peines de oro y de marfil . En aquel entonces ella tendría cuatro o cinco años. Sí, de su abuela recuerda una nana... Maria Santa Ana que tiene el niño...Con su madre aparecieron La farolera, la que se enamoró de un coronel, y Mambrú: para entonces debía estar cerca de los seis.
Su padre, el gran ausente, pero hacedor de importantes regalos −presentes que ella muchas veces odió− le había traído unos álbumes. Enormes, negros discos de pasta, que le permitían escuchar en las tardecitas de invierno. Uno tenía los cuentos delos hermanos Grimm. Luego, no recuerda quién, le regaló Peter Pan. Lo rayó de tanto escucharlo. Quería ser Wendy porque estaba enamorada de Peter Pan. Otras deseaba ser Campanita, para volar lejos de su casa. P ero, ¿qué nanas le cantó su madre? ¿Estará aún a tiempo de preguntarle?
Es extraño y doloroso ver a su madre, la todopoderosa, hundirse en el mundo del Alzeheimer . Sus olvidos . Su antigua ira y tensión, sus ataques y agravios sin motivo. Su cara, a veces un rostro de hospicio.
Se imagina ese mal como una sombra, que va arrastrando, traga todo hacia un oscuro adentro. Traga, y va quedando sólo el cuerpo.
¡Qué ironía! Ahora que está medicada con antipsicóticos, por vez primera la llama por teléfono y pide verla.. Ella fue el domingo. Y al despedirse la abrazó, con un abrazo como nunca había sentido de los brazos maternos. Pensó, son abrazos de despedida, y si no se apura no sabrá, jamás, que le cantó cuando fue un bebé.
Cuenta el folklore familiar que cuando ella tenía apenas cinco meses sus abuelos la llevaban en brazos al amplio patio terraza, le mostraban la luna, le enseñaban a saludarla. Ella no sabe si uno puede guardar recuerdos y sensaciones de tiempos tan lejanos, pero aún cree sentir el suave pulóver de su abuelo y una manito moviéndose hacía esa luz redonda y blanca que navegaba por el cielo.
En el patio terraza había enormes macetones, y un pino que decoraban en Navidad.
Hasta que crecía y lo trasladaban a la quinta. Y los jazmines. Los jazmines , como guirnaldas caían del borde de los aleros. Ese perfume aún la envuelve . Y si se siente nostálgica . Ese aroma la acaricia por dentro.
Los jazmines y su aroma están relacionados con su abuela. Hacía pequeños ramilletes que repartía por la casa. Entonces la casa respiraba como un solo jazmín. Ese perfume la enervó en la preadolescencia, cuando los primeros temblores eróticossacudían su cuerpo.


* * *


Unos años atrás fue sometida a una videoendoscopía, por capricho del médico sin anestesia general. En un momento dado, con los tubos en su cuerpo, sintió deseos de arrancarse todo y huir desnuda por los pasillos de la clínica. Salvarse del sufrimiento. Y en ese mismo instante la envolvió el perfume de los jazmines. Se tranquilizó.
Ya en la sala de espera, mientras su compañero hacía los trámites de rigor y ella trataba de mantenerse erguida en un incomodo sillón, el perfume seguía rodeándola. Como si estuviese envuelta en una burbuja.. Y siguió dentro de ella. Al salir de la clínica dieron un paseo en auto por la costa, y el aire marino, querefrescaba su rostro, se iba mezclando con la esencia de los jazmines. Hasta que desapareció. Algunos dicen que ese perfume era su abuela cuidándola.
El domingo , cuando fue a visitar a su madre, después del fuerte abrazo le cortó unas ramitas de jazmín y se los dio. Al llegar a su casa los sumergió en una jarrita de cristal tallado. La puso en su estudio. A la mañana siguiente, cuando entró para levantar la cortina, el perfume la envolvió.
¿Cómo tres ramitas de jazmín expandían tanta fragancia? Entonces, lloró... ■


© Silvia Loustau
Fuente: Artesanías Literarias - http://artesanias.argentina.co.il/
syllous@yahoo.com.ar
http://www.silvialoustau.blogspot.com/