domingo, 20 de abril de 2008

Cristina Villanueva: Leggere


Pequeños garabatos casi indescifrables en una libretita gris. Números
circunstanciales, sin un nombre señal. Claves sin traducción. Letras del orden
informático para resolver un problema. Cada inscripción lleva a un asunto
cotidiano. ¿Y esos días y esas horas y la tinta gastada y el papel? ¿la
emoción, el enojo por el desperfecto, el precio, la necesidad? Y los dedos,
los ojos, la personalísima arquitectura de lo mínimo. ¿Y la imposible
reconstrucción? ¿Y el trazo de las letras? Ahora mudas, inexplicables teoremas,
arañitas de ser, jeroglíficos sin su piedra roseta. Y el pulso, firmeza o
levedad del trazo, el orden o la anarquía, lo no dicho, esa inexpugnable
fortaleza, libretita gris. Y el cuadro que mirabas Leggere, palabras de
Calvino de "Si una noche de invierno un viajero" y el día en que en Roma lo
compraste junto al Leggere de Petrarca y en Buenos Aires buscarle un marco, y el
clavo, y la gente que le dio su mirada, libretita gris y que mientras
anotabas un número de service, de suscripición, con esa letra aprendida en
una escuela de un país que casi ya no existe, deseo de igualdad, guardapolvo
blanco, mientras sube la Aurora y la letra cambia se hace joven, escribe en
las paredes la fiesta de la lucha y en los cuadernos de la facultad fórmulas
que ya no sirven, no sólo porque no estás, ni siquiera está el lugar del
laboratorio, donde anotaciones y saberes se volvieron prácticas, análisis
ahora llevados a otros, que acumulan,tercerizan,chupan ¿Y la igualdad y el
guardapolvo y el país y lo que no se hizo mientras se escribían las
fórmulas? ¿y lo que no se pudo?. ¿A quien preguntarle ? ¿a qué servidor esta
falta de conexión?. La letra crece, escribe números de parteros y pediatras
en otras agendas que no están ¿Hay un cielo cubierto de hojas
intrascendentes? Atravesando el tiempo, niñas crecidas, pediatra muerto, la
letra apunta horarios de vuelo, llegadas a ciudades que quizás recuerdo sola
y vagamente con mi memoria flotante. La letra,los dibujos de tinta con la
misma mano que acaricia el pelo que adorna la cabeza llena de
preguntas-dolores: Cuanto tiempo gastado en apuntar, comparar precios de
aparatos,acaso inservibles, siempre mudos, absurdas esculturas plásticas ahora
a lo mejor tiradas mientras el poster comprado en Feltrinelli, Calvino que no
termina de leerse en nuestra casa-libro. Lectores que creaste, más que el
jugo de naranja que al final se podía hacer igual sin el aparato, como no es
igual la pared sin Calvino que cuenta acerca de los libros que producen una
curiosidad,imprevista, frenética, no claramente justificable. Números
escapados de un signo monetario inexistent, australes, dólares, dolores de
no poder volver atrás a comprar nuevamente las palabras de Leggere en el
ocre silencio del espacio italiano donde compartí tu familiaridad penetrante
con los libros. Libreta gris, qué puedo yo, en este universo de ganchitos,
cómo puedo sacarte de este laberinto sin salida, pensaba cuando volvía del
sanatorio sabiendo que ya nunca vos, pensaba en eso que hacer con la
libretita apoyada en la mesa de la computadora cerca de la pared, donde se
lee acerca del leer, palabras de Calvino y de Petrarca, que los visitantes
recitan en italiano. Ahora hay nuevos lectores (algunos que no te
conocieron) ni saben de la libretita, tan chica, tan doméstica ¿Y si había
alguna señal que se me pasó?, un grito oscuro de despedida, letras, números,
rizomas, perfume de papel. Y si hubiera un abrazo escondido que sale a la luz
cuando se unen los puntos de estaciones de trenes, tus piernas adelantándose
en alguna selva, en alguna vida, dejandome herida con tus pequeñas
anotaciones sin sentido, plomero, presupuesto, se trata de abrazarte con la
mirada en la libreta, al niño, al guardapolvo, al país, a los análisis
transformados en números de vuelo para llegar a un lugar donde nos tocamos
de letra a letra a piel a pelitos de tu pecho, a olor a vos, a piel.

Cristina Villanueva
libera@arnet.com.ar

1 comentario:

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Bellísimo el texto, bella la intención....azpeitia