domingo, 2 de enero de 2011

La Máquina de Escribir, a partir de enero de 2012, en una nueva dirección

Después de haber estado ausente durante más de un año, La Máquina de Escribir vuelve, a partir de enero de 2012, en su Segunda Época, en esta nueva dirección: http://lamaquinadeescribirayc.blogspot.com/

A quienes la siguieron desde su fundación (octubre de 2003) les invito a continuar con su lectura, participación y colaboración.

A quienes recién la descubren les doy la bienvenida y les propongo, si les gusta, sumarse a esta comunidad.

Poco a poco iremos agregando más y nuevos elementos para enriquecer el sitio.
Un gran abrazo y los mejores deseos para todos y todas.
¡Muchísimas gracias por estar ahí!

Cordialmente,
Aníbal Jorge Sciorra
Editor Responsable

Para contactarse con la redacción: lamaquinadeescribir.ayc@gmail.com
También en: www.facebook.com

lunes, 1 de noviembre de 2010

Joaquín Areta: Quisiera que me recuerden



Quisiera que me recuerden sin llorar ni lamentarme quisiera que me recuerden por haber hecho caminos... por haber marcado un rumbo porque emocioné su alma porque se sintieron queridos, protegidos y ayudados porque interpreté sus ansias porque canalicé su amor. Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felicesl a seguridad de los justos el sufrimiento de los humildes. Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores con comprensión por mis debilidades con cariño por mis virtudes,si no es así, prefiero el olvido, que será el más duro castigo por no cumplir mi deber de hombre.

Joaquín Areta (Detenido-Desparecido, La Plata, Pcia.de Buenos Aires)
Publicado en CE&P - Comunidad de escritores y poetas

"Quisiera que me recuerden" fue leído por Néstor Kirchner en la Feria del Libro de 2005.

Orlando Barone: Elegía del abecedario argentino



Imagen: Federico Emmanuel Bilevich Zanini

Elegía del abecedario argentino


Todos morimos y cualquiera se muere.

No hay muerto ni muerte ajenas

porque las campanas suenan por nosotros

y la vida sin muerte no se llamaría vida.

Pero el hombre que murió

no pasó en vano

no pasó pasando

sino pisando la tierra

Esta. La tierra

que hoy lo entierra

como quien contiene

una semilla








No hay que llorar más que

las lágrimas que la semilla necesita

para no ahogarla.

No hay que recordar más que

lo que la memoria necesita

para no atosigarla

Y no hay que dejar

que lo que el muerto deja

todavía caliente se enfríe

sino que hay que seguir

calentándolo

con la misma llama.








No es la letra K estúpidos:

es el abecedario entero.

Y lo que muere no muere

si no lo matan

la negación y el olvido.








Se murió. ¿Y qué?

Si todo lo que el muerto

deja a su alrededor vivo

-lo inasible y profundo,

lo que excede y supera

la finitud-

sigue viviendo.

Sigue viviendo.

Solo la muerte sabe

cuando pierde.




Orlando Barone.
27 de Octubre de 2010.
Escrito por Orlando Barone en 12:22 PM
Publicado en www.orlandobarone.blogspot.com/

Sandra Russo: Ella y él



Por Sandra Russo

Apenas unos minutos después de haber inaugurado la capilla ardiente, Cristina acariciaba el féretro como se acaricia una camisa. Ya la separaban de su esposo las infinitas distancias que imponen los féretros cerrados. Al mismo tiempo, esa distancia indicaba que ellos, la esposa y los hijos, ya habían elegido una despedida anterior, íntima y secreta, preservada de lo público, a lo que ellos dedicaron sus vidas.

Los dedos de uñas largas y pintadas con laca blanca de ella recorrían la madera como si fuera el cuello de una camisa, como una forma quizá de resistencia a esa brutal distancia que era y será tan abismal durante el duelo. En el duelo acaso descubra, sobre todo tratándose de una pareja como ésa, que la distancia es negociable. Que la distancia entre el que se fue y el que se queda se sigue discutiendo entre los dos durante mucho tiempo. Que hay una energía psíquica que vence a la materia. Que hay compañía mutua. Que no está sola y tampoco de él.

El lustre no parecía suficiente. Había una arruga en la bandera. Ella tenía los ojos tapados por los anteojos negros, pero su media cara dejaba ver la oscilación entre la fortaleza y el escalofrío. Las flores estaban desordenadas. Un rosario estaba a punto de caerse. Una carta muy especial fue guardada debajo de la bandera. Ella se ocupó de todo eso, anfitriona de la despedida.

Acariciaba la mano de su hijo Máximo, pasaba las manos por el pelo de su hija Florencia. Cada tanto. Pero estaba inaugurando esa escena primera y final de su vida. Estaba presidiendo la capilla ardiente por la que durante horas y horas y horas vería pasar en llanto a los que la sostendrán y ella y él sostuvieron. Replicó miles de veces en el día y la noche interminables el gesto de tocarse el corazón y enviárselo a la gente.

Ese gesto contenía otro mucho más profundo. El había entregado su corazón casi literalmente. O por qué estaba ella ahí, despidiéndolo tan joven. En la despedida a Néstor hubo eso, sobró eso, corazón. La infinita fila de ciudadanos que pasaron por allí iban expresando, cada cual a su modo, su temple, su pericia para explotar de pena, qué le agradecen. En casi todos los casos, algo que les fue devuelto, lo hubieran o no tenido antes.

Esto no se inventa ni se falsifica. El amor de un pueblo por su líder no se fabrica ni se prostituye. Su degradación lo vuelve instantáneamente otra cosa. Mientras es amor, mientras se mantiene en su fase de amor, con conciencia y memoria, es en realidad el máximo lugar al que puede llegar alguien con vocación política, y adonde llegan tan pocos: al corazón de su pueblo. A Néstor esa victoria ya le pertenece.

La gente pasaba y lloraba y gritaba. Ella parecía reconocer a los que iban pasando, esas caras destratadas de viejos y viejas de barrios populares, esos chicos y chicas, militantes de ojos hinchados, los trabajadores que ofrecían sus cascos o sus camisetas. Ella los reconocía como él lo hubiera hecho porque ése es su paisaje, el de la política de Estado que nunca abandonó su trabajo territorial. En muchos casos, de esa fila salían testimonios que ayudaban a entender que mucha de esa gente es la nueva ciudadanía. En estos años hubo condiciones propicias para darla a luz. Ese es uno de los mayores logros del proyecto de los dos: más y cada vez más ciudadanos.

Ella a veces los calmaba a ellos. De pronto, una chica muy joven rompía en llanto y ella, la Presidenta y la viuda, la que iba siendo nombrada candidata y conductora, se paraba, se acercaba, la consolaba. La consoló a Hebe. Pudieron leerse sus labios: “No hay que llorar”, le dijo. Hizo lo mismo con Lula: lo desacongojó sacándole una pelusa del saco. Ella ya era la madre. Era la Presidenta y la viuda, pero se volvía madre a medida que pasaban las horas.

Cristina hacía esa noche, casi sin moverse y hablando muy poco, un viraje profundo de su propio rol. Necesitará tiempo para acomodar las partes, pero parece preparada para aceptar el reto, la responsabilidad. Hasta ahora su femineidad fue otra, la de la esposa con agallas propias pero también la depositaria de la admiración y la seguridad que él le irradiaba. Han sido una pareja de extraña y curiosa completud.

Un video los mostraba estos días muy jóvenes, en La Plata, él haciéndole cuernitos y ella simulando no darse cuenta para retarlo. El flaco, con anteojos setentistas, y ella con el pelo largo hasta la cintura. Han compartido en más de tres décadas sus vidas mucho más de lo que habitualmente las comparten los esposos. La mirada nublada y protectora de su hijo Máximo dio larga cuenta de los lazos fuertes que, como hasta ahora, siguen siendo de amor y políticos.

Ella mantuvo todo el tiempo la oscilación entre la entereza y el escalofrío, pero quién duda que estará bien dispuesta a continuar con el trabajo, que es mucho. No lo hará sola de Néstor, porque inevitablemente seguirán haciendo juntos muchas cosas a la vez.

Sandra Russo
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/

Martín Piqué: Caprichoso



Por Martín Piqué

La presidenta lo llamaba así cuando quería retarlo y también cuando buscaba elogiarlo. Con picardía, con amor, lo hizo de nuevo en la despedida.

Las manos sobre el cajón, deslizándose como en una caricia. Lo vieron todos. Por televisión o cuando desfilaron ante el féretro que atesoraba los restos de Néstor Kirchner. La imagen recorrió el país. La presidenta, digna, tocando el ataúd en la Galería de los Patriotas del Bicentenario. Pero muy pocos pudieron escuchar el susurro que Cristina le dedicaba al ex presidente. Un murmullo que en parte también era un reto, un reto lleno de complicidad, y del que sólo fueron testigos los amigos, los familiares directos. En el momento más duro de su vida, en la situación más difícil de su carrera política, Cristina desnudaba sin proponérselo una intimidad de su relación de pareja. El alias con el que llamaba a su esposo, un sobrenombre con el que solía retarlo o elogiarlo según la circunstancia: “Caprichoso”. “Caprichoso, caprichoso”, era el comentario que repetía la presidenta en voz muy baja durante el velatorio.
Los diccionarios virtuales de Internet, recurso práctico de quien escribe contrarreloj, asocian el término capricho con voluntad, testarudez, empeño. Habrá sido por eso, habrá sido por conocerlo en toda su humanidad: lo cierto es que Cristina lo llamaba “caprichoso” desde siempre. En la tarde del jueves y la madrugada del viernes, en la despedida organizada bajo los retratos de Juan Perón y Salvador Allende, la presidenta murmuró varias veces el “caprichoso”. Se lo dedicaba a Néstor. Con picardía, con amor. Sus palabras fueron escuchadas, en silencio, con respeto, por la gente que la rodeaba en primera fila en la Galería de los Patriotas. Los testigos de la escena no la olvidarían fácilmente. Y la mejor prueba de eso llegó a las pocas horas, cuando comenzó el responso religioso en la capilla del cementerio de Río Gallegos.
Con la jefa de Estado y sus hijos Máximo y Florencia en el primer banco de madera, que compartían con la madre de Néstor y el presidente de Venezuela Hugo Chávez –el estadista que eligió acompañar a su amigo hasta el final–, la ceremonia fue austera y bien intimista. Los cuatro sacerdotes que hicieron el responso recordaron al ex presidente en un relato colectivo que incluyó citas bíblicas y comentarios cariñosos sobre la emotividad a flor de piel del hombre nacido en Río Gallegos. Los cuatro curas conocían mucho a Néstor. Dos eran amigos de bastante confianza. Eran Teo Ascona y Sergio Soto, ambos de Río Gallegos; Carlos Álvarez, a quien todos llaman “Lito”, párroco de El Calafate y quien ofició la primera misa en homenaje a Kirchner pocas horas después de su fallecimiento; y Juan Carlos Molina, de Caleta Olivia, allegado a Alicia Kirchner.
Molina fue uno de los mediadores en el conflicto con los petroleros tras el crimen del policía Jorge Sayago, el hecho que sacudió al gobierno en febrero de 2006. También dirige la Fundación Valdocco, ONG que lleva el nombre del barrio de Turín donde Don Bosco comenzó su obra dedicada a los jóvenes. (Fundador de la orden salesiana de la Iglesia Católica, dedicada a la educación en todo el mundo, Juan Bosco fue el primer sacerdote que comenzó a trabajar con los chicos de la calle, huérfanos, pobres, en su Italia natal. Al día siguiente de su muerte, Juan Bosco fue declarado santo por el Vaticano.) Molina fue quien eligió la cita de la Biblia que se leyó en la ceremonia.
“Lo que le hagan a uno de estos pequeños, me lo hacen a mí”, fue la frase más fuerte del fragmento bíblico. Según el relato de los Evangelios, Jesucristo pronunció esa expresión para retar a sus apóstoles. Estos habían intentado echar a unos niños pobres que andaban merodeando y que, supuestamente, interrumpían el descanso de su maestro. Molina parafraseó el reto de Jesucristo a sus seguidores y lo comparó con el carácter de Kirchner, con su disposición a hacer todo lo que se pudiera por los sectores más postergados de la sociedad. La otra frase impactante de la ceremonia fue obra del cura “Lito”. Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que habían volado hasta Río Gallegos –Estela de Carlotto, Taty Almeida, Marta Vázquez– la seguían citando tras subirse al ómnibus que las llevaría de nuevo al aeropuerto. Todavía estaban conmovidas. “Hay hombres que mueren y otros que dan la vida. Néstor no murió, dio la vida por una causa, por eso resucitará en todos nosotros”, dijo el párroco de El Calafate mientras Cristina abrazaba a su suegra, la chilena descendiente de croatas María Ostoic, muy devota. El responso continuó con un diálogo imaginario entre Molina y el propio Kirchner: el cura de Caleta Olivia le hablaba al ex presidente como si estuviera allí, escuchando en silencio. Como si fuera uno más de los visitantes sentados en esa pequeña capilla al sur de todo. “¿Sabés, Néstor, lo que pasó en estos días?”, comenzó el diálogo imaginario. Y Molina le contó a Kirchner todo lo que había pasado desde su muerte, todo lo que había pasado en la Argentina desde el miércoles 27 de octubre a la mañana.
Molina le contó a Néstor –y así lo revivieron su esposa, sus hijos, su hermano Chávez, Alicia, los diputados Eduardo Fellner y Agustín Rossi– que el grito que más se oyó en su velatorio había sido “Gracias por devolvernos la dignidad.” Le dijo que eso lo convertía en un patriota. Después le contó que había entrado a la Casa Rosada en un féretro de presidente y que se había ido en un féretro del pueblo, entre el amor popular, cubierto de flores, banderas, postales y cartas. Por último, con Cristina en primera fila, le relató que durante todo el velatorio dos manos lo habían tocado, que habían acariciado el ataúd, llamándolo una y otra vez “caprichoso”.
“Y fue tu capricho el que hizo que el país llegara hasta dónde llegó”, le agradeció el cura Molina en nombre de todos. Así terminó la despedida. Y esta nota.

Martín Piqué
Fuente: http://tiempo.elargentino.com/

Martín García: Compañero Néstor Kirchner ¡Presente!

Imagen: La Máquina de Escribir

Hace pocos días el ex Presidente Néstor Kirchner y la Presidenta Cristina Fernández tuvieron un encuentro con la Juventud Peronista en el Luna Park encabezado por dirigentes juveniles como Juan Cabandié, José Ottavis y Andrés Larroque.
Fue poco después de que Kirchner fuera sometido a una angioplastía coronaria que lo recluyo a la clínica en Los Arcos de Palermo donde permaneció casi 24 horas.
Allí Cristina Fernández expresó: "La televisión dura dos minutos, la foto en el diario de hoy ya es vieja. Lo importante es entrar en la historia, vos elegís donde querés estar”.
Al costado, detrás de los oradores presidenciales se encontraban sendos posters de El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld. Uno llevaba la cara de Néstor Kirchner, el otro el de la Compañera Presidenta.
Es que era Néstor Kirchner quien, en primer lugar, había aceptado la convocatoria, pero, después de su internación fue reemplazado por Cristina.
Sin embargo, él estaba allí, firme, haciendo acto de presencia, realizando el esfuerzo de estar presente, de dar el ¡Presente! a las juventudes convocadas.
El Luna Park rebosaba.
Afuera miles de jóvenes seguían el acto por las pantallas.
Era un momento sagrado.
”Si nosotros en lugar de haber sido una juventud que crecía en medio de golpes de Estado hubiéramos podido tener esta Argentina donde estamos construyendo ciudadanía social, qué país diferente hubiéramos tenido. Les tengo una sana envidia porque pueden vivir en un país donde hay total libertad", completó Cristina Fernández al establecer una comparación con otras generaciones que soportaron dictaduras, (rezaba un cable de Télam).
El Eternauta de Oesterheld con el rostro de esta pareja de peronistas militantes los situaba, junto a los jóvenes, bajo la lluvia de copos iridiscentes y letales arrojados por los “Ellos” el enemigo superior. El enemigo verdadero.
Esto situaba a Néstor y Cristina en una lucha por la supervivencia de la especie. Frente a la agresión del establishment, los cipayos, las corporaciones mediáticas, el imperialismo, el colonialismo.
Néstor y Cristina juntos. Una pareja militante. Por la felicidad del pueblo y la grandeza de la Patria Grande ya que Néstor había asumido ya como Secretario General de la UNASUR.
Esa fue su última indicación simbólica. Su lucha por la unidad de la Patria Grande. Su contribución a la unidad entre Colombia y Venezuela. Su gesto solidario desde el UNASUR para con la epidemia del cólera en Haití, hace pocas horas.
También su vigilia junto a la compañera Presidenta después de la muerte del compañero Mariano Ferreyra a manos de sus asesinos, hasta la detención de Pablo Díaz y Cristian Favale.
"Yo no solo tengo esperanzas, también tengo la certeza que el viejo país de la impunidad no vencerá", dijo la Presidenta.
Ahora Néstor Kirchner murió. Ingresó en el Comando Celestial como decimos en la Agrupación Oesterheld. Allí será recibido por Perón, por Evita, por los 30.000 compañeros que le agradecerán su lealtad inquebrantable con ellos, frente a sus asesinos, sus torturadores, sus secuestradores.
También estarán Mariano Morerno, el Chacho Peñaloza, Felipe Varela, Manuel Belgrano, Don José de San Martín, Cacho El Kadri, Ernesto Che Guevara, Miguel Martín de Güemes, Enrique Oliva, Fermín Chávez, Don Juan Manuel de Rosas, Castelli, recibiendo al hijo predilecto. Y habrá mateada virtual y asadito.
Castigados corazones peronistas.
¡Que cosa la historia del movimiento nacional y Popular! Ahora es como si hubiera muerto Perón y lo hubiera sobrevivido Evita.
”Junto a todas las cosas que hemos construido, una de las más importantes fue visualizar a los trabajadores como uno de los componentes esenciales de este proyecto", afirmó Cristina Fernández como militante en River Plate.
Recuerdo claramente el gesto de la presidenta de la Nación cuando puso su mano sobre el jopo rebelde de Néstor Kirchner, días pasados, en la majestuosa conmemoración del 17 de Octubre en el estadio monumental que organizara la CGT y el movimiento obrero argentino; como se quebró de emoción con los familiares de los combatientes muertos en Malvinas; como lo hizo con Elsa Oesterheld cuando le entregáramos la estatuilla de El Eternauta en el teatro Argentino de La Plata en ocasión de la Ley de Medios.
Había allí un sentimiento contenido de emoción. Un estertor, que ahora aflora y se derrama sobre el alma de la Patria.
Este día de conmoción me hace acordar a la congoja del día de la muerte del Presidente Kennnedy en los ´60 y, naturalmente al día de la muerte del General Perón, nuestro máximo líder.
El pueblo argentino tardó casi 30 años desde la muerte del General Perón para reconstruir un liderazgo que encarnara sus legítimos deseos e intereses.
No resulta tan fácil para el pueblo construir un liderazgo que enfrente al enemigo real y que defienda los intereses verdaderos de los trabajadores, de los desocupados, de los sectores más necesitados del pueblo, de su clase media patriótica, de su elite patriótica.
La tarea recién empezaba, como recién se expresaba la de Evita cuando el cáncer se la llevó.
Ahora queda solo Cristina y los Compañeros al frente del valiente pueblo argentino.
Néstor Kirchner, como Juan Salvo, comienza a viajar por lo que es eterno. En algún lugar podrá volver a empezar esta historia de amor y lucha por lo mejor de nosotros mismos.
Como Juan Salvo, buscara empecinadamente el hogar para reencontrarse con Martita y Elena, Néstor se reencontrará con Cristina y Máximo y Florencia en algún lugar del Continuum porque la felicidad es un norte y se encuentra en el hogar y el dolor en algún momento se convierte en puro amor.
Y el amor es eterno.
Como el amor del pueblo por Perón y Evita.

Martín García (Presidente de la Agencia de Noticias Télam)
http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=201977&id=383316&dis=1&sec=1


Andrés Calamaro: Néstor

Imagen: La Máquina de Escribir

Néstor
27 de octubre

tengo suficiente argentinidad y memoria
capacidad de analisis y corazon ...
estoy seguro que la historia va a confirmar
que nestor fue el mejor presidente argentino de los ultimo cincuenta años
y quizas en argentina cincuenta años sean ... siempre
el unico que atendio a madres y abuelas
y el unico que madres y abuelas respetaron y quisieron
quien anulo los indultos que perdonaron el horror de la dictadura
y sus crimenes
nestor, que devolvio la ilusion a un pueblo herido, inestable y critico
el unico que enfrento al empresariato y a los poderes que historicamente
habian pactado con dictaduras criminales y con expolio imperial,
el de la argentina que enamora a los visitantes que llegan
y quieren quedarse
y respirar pais ...
personalmente conoci poco a nestor k
quizas poco pero suficiente ...
me recibio como un ciudadano y amigo,
recibi una llamada de nestor un 30 de diciembre
solo para contarme de su emocion humeda al leer la carta de mi hermana hebe
recordando la militancia de los artistas en los setenta
"el flaco de pelo largo y anteojos"
que ayudaba a mi hermana preñada de mi sobrino juan
fue amable y cariñoso con mi padre y con mi hermano
tenia un proyecto para el pais
heredo una crisis violenta ; la catastrofe social del 2001
(odisea en el espacio)
y devolvio la esperanza y argentina volvio a caminar con nestor ...
una mañana viaje en al avion del presidente
elegi que mi relacion con la dirigencia k sea una cuestion personal
con la cercania que brinda el respeto y la lealtad ...
el proyecto kirchner , con lo peor de argentina en contra
no tanto en el terreno de la opinion, porque somos libres de expresion ...
no tenemos suerte con la politica en argentina
y se me llena el corazon de pena
entre tanto rigor y habiendo perdido tanto, la piel se nos curte
pero siento que se fue alguien cercano

viva Kirchner para siempre!

Andrés Calamaro
Fuente: http://www.calamaro.com/